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miércoles, 31 de agosto de 2022

Lección 10 | Miércoles 31 de agosto UNA BOCA CERRADA

Lección 10 | Miércoles 31 de agosto UNA BOCA CERRADA Los ejemplos más poderosos de mansedumbre en el crisol provienen de Jesús. Cuando dijo “aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas” (Mat. 11:29), sus implicaciones son tales que probablemente ni podemos imaginarlas. Lee 1 Pedro 2:18 al 25. Pedro da un consejo sorprendente a los esclavos. Describe cómo respondió Jesús al trato injusto y doloroso y plantea que les ha dejado “ejemplo, para que sigáis sus pisadas” (1 Ped. 2:21). ¿Qué principios de mansedumbre y humildad en medio del crisol podemos aprender del ejemplo de Jesús, como lo expresa aquí Pedro? Es terrible ver cuando alguien trata a otro injustamente. Y es extremadamente doloroso cuando somos nosotros quienes recibimos ese trato. Debido a que normalmente tenemos un fuerte sentido de justicia, cuando ocurre una injusticia, nuestro instinto es “arreglar las cosas” mientras cargamos con lo que supuestamente es una ira justa y recta. No es fácil vivir así. Y hasta imposible, a menos que aceptemos una verdad fundamental: que en todas las situaciones injustas debemos creer que nuestro Padre celestial tiene el control y que actuará en nuestro favor cuando sea según su voluntad. Esto también significa que debemos estar abiertos a la posibilidad de que, al igual que Jesús, no siempre nos salvaremos de la injusticia. Pero siempre debemos recordar que nuestro Padre que está en los cielos también está con nosotros y está al mando. El consejo de Pedro, inspirado en la vida de Jesús, es sorprendente porque parece ser que el silencio ante el sufrimiento injusto es un testimonio mayor de la gloria de Dios que “arreglar las cosas”. Cuando Caifás y Pilato lo interrogaron, Jesús podría haber dicho, y hecho, muchas cosas para corregir la situación y justificarse, pero no lo hizo. Su silencio fue un testimonio de su mansedumbre. ¿Cómo afrontas situaciones en las que te han tratado injustamente? ¿Cómo puedes aprovechar mejor algunos de los principios analizados aquí y aplicarlos a tu vida?

Matutina para Adultos

Nuestro maravilloso Dios 
 miércoles, 31 ago. 2022 
 «Si alguno tiene sed... » 

 «En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: "Si alguien tiene sed, venga a mí y beba"». Juan 7:37 

  ¿CUÁL ERA ESA FIESTA de la cual habla el apóstol Juan en nuestro texto de hoy? Era la de los Tabernáculos. Durante siete días los adoradores agradecían a Dios por cuidar de su pueblo en su peregrinación por el desierto y también por las abundantes cosechas.

Un momento especial de la celebración se producía cada día cuando, después del sacrificio matutino, se realizaba la ceremonia de la libación del agua. Un sacerdote sacaba agua de la Fuente de Siloé; luego atravesaba la Puerta del Agua, mientras sonaba la trompeta. Seguidamente, subía por las gradas hasta el altar, donde derramaba el agua. * De esta manera, el pueblo recordaba la manera providencial como Dios hizo brotar agua de la roca.

Es aquí donde entra en juego nuestro versículo para hoy porque, según El Deseado de todas las gentes, para el último día de la fiesta, cuando «el sacerdote había cumplido esa mañana la ceremonia que conmemoraba la acción de golpear la roca en el desierto», de repente Jesús «alzó la voz, y en tono que repercutía por los atrios del templo, dijo: “Si alguien tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior brotarán ríos de agua viva"» (cap. 49, pp. 424-425).

¡Qué interesante! Jesús esperó hasta «el último y gran día de la fiesta» para ofrecer agua viva. ¿Por qué no hizo esa oferta el primer día, cuando los viajeros estaban sedientos después del largo viaje desde distintas regiones de Palestina? Porque para el último día de la fiesta los participantes ya habían disfrutado de todo lo bueno que esta vida puede ofrecer —abundante comida y bebida, música, momentos de compañerismo con familiares y amigos, sin embargo, sus corazones permanecían insatisfechos. «No había nada en toda esa ceremonia que aplacase la sed del alma por lo imperecedero» (ibíd., 425). El Señor lo sabía, y por eso se presentó como la fuente de agua que brota para vida eterna.

¡Qué interesante! El mensaje para nosotros es que no hay nada en este mundo ---sean riquezas, placeres u honores—, que pueda aplacar nuestra sed de Dios. Bien lo dijo Agustín de Hipona cuando escribió: «Nos hiciste, Señor, para ti, y nuestros corazones estarán inquietos hasta que encuentren descanso en ti».

Ya han pasado siglos desde que se oyó su voz en el templo; pero aún, la invitación del Señor para ti y para mí sigue siendo la misma: «Si alguno tiene sed, venga a mí y beba».

Bendito Jesús, dame del agua que solo tú puedes ofrecer, para que yo no tenga sed jamás.

*Comentario biblico adventista, 1. 5, p. 957; William Barclay, The Gospel of John, vol. 1, The Westminster Press, 1975, p. 249.

martes, 30 de agosto de 2022

Martes 30 de agosto AMAR A LOS QUE NOS HIEREN

Martes 30 de agosto AMAR A LOS QUE NOS HIEREN Alguien dijo cierta vez: “Por ende, amar a nuestros enemigos no significa que debamos amar el polvo en el que está enterrada la perla; significa que amamos la perla que yace en el polvo. [...] Dios no nos ama porque por naturaleza seamos dignos de su amor. Llegamos a ser dignos de su amor porque él nos ama”. Cuando miras a tus “enemigos”, ¿qué ves normalmente: la perla o el polvo que la rodea? Lee Mateo 5:43 al 48. Jesús nos llama a amar y a orar por nuestros enemigos. ¿Qué ejemplo de la naturaleza nos da Jesús que nos ayuda a entender por qué debemos amar a nuestros enemigos? ¿Cuál es el propósito de la enseñanza? En Mateo 5:45, Jesús utiliza el ejemplo de su Padre celestial para ilustrar cómo debemos tratar a los que nos hieren, quienes quizá nos empujan a la peor forma de crisol. Jesús menciona que su Padre derrama la bendición de la lluvia sobre justos e injustos; si Dios da lluvia incluso a los injustos, ¿cómo deberíamos tratarlos nosotros también? Jesús no quiso decir que siempre debemos tener sentimientos cálidos con todos los que nos causan problemas; aunque esto también es posible. Fundamentalmente, el amor por nuestros enemigos no pretende ser un sentimiento que tengamos por ellos, sino acciones específicas hacia ellos que revelen cuidado y consideración. Jesús concluye este pasaje con un versículo que a menudo causa mucho debate: “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto” (Mat. 5:48). Pero el significado es muy claro en el contexto: Aquellos que quieren ser perfectos como Dios es perfecto deben mostrar amor por sus enemigos como Dios muestra amor por los suyos. Ser perfecto a los ojos de Dios es amar al adversario; y esto requiere ser manso de corazón, algo que solo Dios nos puede dar. Con la definición de mansedumbre en mente (“soportar el agravio con paciencia y sin resentimiento”), enumera los cambios que debes hacer para permitir que el Señor te dé la clase de mansedumbre de corazón que te ayudará a tener la actitud correcta hacia tus “enemigos”.

Matutina para Adultos

Nuestro maravilloso Dios 
 martes, 30 ago. 2022 
 ¿Qué pasaría si...? 

 «Hijitos, vosotros sois de Dios y los habéis vencido, porque mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo». 1 Juan 4:4 

  ¿QUÉ PASARÍA SI NOSOTROS, LOS HIJOS DE DIOS —pregunta Philip Yancey–, actuáramos como si las palabras del apóstol Juan, en nuestro texto de hoy, fueran verdaderas? Esas palabras son: «Mayor es el que está en nosotros que el que está en el mundo».*

¿Podemos imaginar la transformación que se operaría en nuestra vida si viviéramos cada día con la convicción de que el Dios todopoderoso está de nuestra parte, y que «permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado» (1 Juan 3: 24)?

¿Cuál se esperaría, por ejemplo, que fuera mi conducta al saber que la presencia de Dios me acompaña por medio de su Espíritu? ¿Cómo habría de tratar a la gente que me rodea? ¿Cuál debería ser mi vocabulario? ¿En qué pensaría? ¿De qué hablaría? En fin, ¿cómo debería vivir hoy si sé que Dios camina conmigo en todo momento?

El caso no es solo que Dios está con nosotros, sino que él es mayor y más poderoso que cualquier otro poder, ya se trate de reinos terrenales o potestades espirituales. ¿Qué impacto debería tener esta solemne verdad en nuestra vida diaria? Si el poder que está con nosotros es mayor que el que está en el mundo, ¿con qué actitud deberíamos enfrentar nuestros desafíos? ¿Cómo habríamos de reaccionar a las amenazas de nuestros enemigos y a las tentaciones del maligno? ¿Dónde quedarían nuestros temores al fracaso, a las pérdidas materiales, a las enfermedades, a la muerte?

Lo que estoy tratando de decir es que la presencia de Dios en nuestra vida no puede seguir siendo solo una idea. Ha de ser una realidad viviente, con resultados prácticos. «Si alguno está en Cristo -escribe el apóstol Pablo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas» (2 Cor. 5:17). En esta gran verdad ___ que el Dios que está con sus hijos es mayor que cualquier otro poder-se apoyaron todos los hombres y mujeres que hoy consideramos héroes de la fe. ¡Todos!

¿Qué pasaría, entonces, si hoy viviéramos con esa misma convicción? Esto es lo que sucedería: «El alma que se entrega a Cristo, llega a ser una fortaleza suya, que él sostiene en un mundo en rebelión, y no quiere que otra autoridad sea conocida en ella sino la suya. Un alma así guardada en posesión de los agentes celestiales es inexpugnable para los asaltos de Satanás» (El Deseado de todas las gentes, cap. 33, p. 294).

Eso somos tú y yo. Una fortaleza inexpugnable, que él sostiene en un mundo en rebelión.

Querido Jesús, hoy te quiero dar gracias porque en todo momento tu diestra poderosa me sostiene. Y gracias porque, si tú estás conmigo, ¿quién podrá contra mí?

*Philip Yancey, Finding God in Unexpected Places, Servant Publications, 1997, p. 208.

domingo, 28 de agosto de 2022

Domingo 28 de agosto PAN PARTIDO Y VINO DERRAMADO

Domingo 28 de agosto PAN PARTIDO Y VINO DERRAMADO Oswald Chambers ha dicho que debemos convertirnos en “pan partido y vino derramado” para los demás. ¿Qué crees que quiso decir con esto? De principio a fin, en la Biblia hay ejemplos de personas que fueron “partidas” para servir a los demás. Moisés fue llamado a soportar olas interminables de chismes y críticas al conducir al pueblo a la Tierra Prometida. José fue llamado a una experiencia que implicó traición y cárcel cuando ocupaba un puesto de servicio en Egipto. En cada caso, Dios permitió las situaciones para que la vida de su pueblo pudiera llegar a ser un teatro de su gracia y cuidado, no solo para sí, sino también para el bien de los demás. Dios puede usarnos de la misma manera. Es fácil sentirse enojado o herido en esas situaciones. Pero, como señalamos ayer, la mansedumbre es la capacidad que Dios nos da para soportar esas cosas “con paciencia y sin resentimiento”. Lee Ezequiel 24:15 al 27. ¿Qué estaba pasando aquí? ¿Por qué pasó Ezequiel por este crisol? En Ezequiel 24:24, Dios dice: “Ezequiel, pues, os será por señal; según todas las cosas que él hizo, haréis; cuando esto ocurra, entonces sabréis que yo soy Jehová el Señor”. Mediante el ejemplo de Ezequiel, el pueblo de Israel llegaría a convencerse de la verdad acerca de quién era Dios, Jehová el Señor, y verían esta verdad al experimentar el cumplimiento de la profecía que la vida de Ezequiel simbolizaba y el sufrimiento que enfrentó. ¿Quién sabe cuántas personas también verán a “Jehová el Señor” en nuestros pedazos rotos? Tarde o temprano, la vida misma nos quebranta a todos. ¿Cuál ha sido tu experiencia en este sentido? ¿Qué lecciones aprendiste? ¿Cómo puede el Señor usar tu alma hecha pedazos para ayudar a otros?

Matutina para Adultos

Nuestro maravilloso Dios
domingo, 28 ago. 2022
« ¿Qué quieres que haga pon ti?»

«Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá, porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá». Lucas 11: 9-10

SI EN ESTE MISMO MOMENTO EL SEÑOR te preguntara: « ¿Qué quieres que haga por ti?», ¿qué le dirías?

La Escritura registra un caso tal, cuando Jesús y sus discípulos se disponían a salir de Jericó, seguidos por «una gran multitud» (Mat. 20:29). Esa gran cantidad de gente va rumbo a Jerusalén, para celebrar la Pascua y, según la costumbre de la época, el Maestro les habla mientras camina. Mientras el gentío avanza, un ciego de nombre Bartimeo está «sentado junto al camino, mendigando» (Mar. 10:46). Apenas Bartimeo oye que entre los viajeros se encuentra Jesús, comienza a gritar a voz en cuello: «Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!» (vers. 47). Cuando lo reprenden para que se calle, grita entonces con más fuerza. Y Jesús se detiene.

¿Por qué se detiene el Señor? Recordemos que quien pide ayuda es un ciego que tiene que mendigar para poder subsistir. Recordemos, además, que sus gritos impiden que Jesús enseñe a la multitud. ¡En ese momento el hombre es un estorbo! Sin embargo, Jesús se detiene. Aún más, no solo se detiene, sino que lo manda a llamar. ¿Por qué hace estas cosas?

Me gusta la forma como responde Amzi Clarence Dixon cuando escribe que a Jesús «el clamor del alma afligida siempre lo detiene».* Entre enseñar a la multitud y ayudar a alguien en necesidad, ¿qué escoge el Señor? ¡Él siempre escoge ayudar!

« ¿Qué quieres que te haga?», le preguntó Jesús al ciego. Sin pensarlo dos veces, Bartimeo respondió: «Maestro, que recobre la vista» (vers. 51). Al instante, dice la Escritura, «recobró la vista, y seguía a Jesús por el camino» (vers. 52). ¿No es esto maravilloso? El Señor deja lo que está haciendo para atender el clamor de un hombre ciego y pobre que, muy probablemente, ocupa el lugar más bajo en la escala social de Jericó. Ese clamor fue: « ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!».

Al momento de leer estas líneas, no sé cuál es tu mayor necesidad, pero una cosa sé: cualquiera sea tu problema, tu aflicción, al Señor le importa. Le importa porque por ti derramó su sangre en el Calvario. Le importa porque, eres un hijo, una hija, del Padre celestial. ¿Qué estás esperando, entonces, para pedir al bendito Salvador que tenga misericordia de ti?

Gracias, Padre celestial, porque te interesas en mis necesidades. En el nombre de Jesús, te pido que las suplas de acuerdo a tu voluntad. Por sobre todo, te pido que tengas misericordia de mí; que me perdones, y que mores siempre en mi corazón.

Amzi Clarence Dixon, citado en Warren W. Wiersbe, comp., Classic Sermons *on* the Miracles of Jesus, Kregel, 1995, p. 116

sábado, 27 de agosto de 2022

Lección 10: Para el 3 de septiembre de 2022 TEMPLANZA EN EL CRISOL Sábado 27 de agosto

Lección 10: Para el 3 de septiembre de 2022 TEMPLANZA EN EL CRISOL Sábado 27 de agosto LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Ezequiel 24:15-27; Éxodo 32:1-14; Mateo 5:43-48; 1 Pedro 2:18-25; Salmo 62:1-8. PARA MEMORIZAR: “Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad” (Mat. 5:5). No escuchamos que se utilice mucho la palabra manso, excepto tal vez cuando leemos sobre Moisés o estudiamos las Bienaventuranzas. Tampoco es difícil descubrir por qué. La mansedumbre se define como “soportar el agravio con paciencia y sin resentimiento”. No es de extrañar que no escuchemos mucho al respecto; difícilmente es un rasgo respetable en la cultura actual. A veces, la Biblia traduce esta palabra como “humilde”. Nuevamente, la humildad tampoco es un rasgo de carácter que la mayoría de las culturas consideren deseable. Pero la mansedumbre, soportar los agravios con paciencia y sin resentimiento, es una de las características más poderosas de Jesús y de sus seguidores. Y, con todo, no es un fin en sí mismo: la mansedumbre de espíritu puede ser un arma poderosa en manos de quienes se encuentran en medio del dolor y el sufrimiento. De hecho, el crisol es un buen lugar para aprender la mansedumbre de corazón, porque con nuestra mansedumbre aun hechos pedazos podemos ser testigos poderosos de Dios. Un vistazo a la semana: ¿Cuál es la relación entre el sufrimiento y la mansedumbre? ¿Cómo podemos nosotros, con nuestra mansedumbre y aun hechos pedazos, dar testimonio a los demás? La mansedumbre ¿cómo puede realmente ser una fortaleza y no una debilidad del cristiano?

Matutina para Adultos

Nuestro maravilloso Dios 
 sábado, 27 ago. 2022 
 Él se deja encontrar 

 «Saliendo Jesús de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón. Entonces una mujer cananea que había salido de aquella región comenzó a gritar y a decirle: "Señor, Hijo de David, ten misericordia de mil Mi hija es gravemente atormentada por un demonio"». Mateo 15: 21-22 

  NUESTRO TEXTO PARA HOY REGISTRA la ocasión en la que Jesús deja el territorio familiar de Galilea, para adentrarse en la región pagana de Tiro y Sidón. ¿Qué motivos tan poderosos pudo haber tenido el Señor para ese viaje tan inusual? ¿Sería por la creciente hostilidad que estaba encontrando de parte de los líderes religiosos judíos?

Según el Comentario bíblico adventista, «Jesús no solo tenía razones por las cuales quería irse de Galilea, sino también tenía otras para querer ir a Fenicia».* ¿Cuáles eran esas razones? ¿Acaso sabía Jesús de la desesperada situación por la que atravesaba la mujer cananea? Ella era descendiente de una raza idolatra. ¿Viajaría el Señor hasta Tiro y Sidón para aliviar su angustia? En El Deseado de todas las gentes leemos que «Cristo conocía la situación de esta mujer». Él «sabía que ella anhelaba verle, y se colocó en su camino» (cap. 43, p. 372). ¡Qué interesante! Él sabía del odio que los judíos sentían por esta raza, aun así, se dejó encontrar.

Ya conocemos el relato. Primero Jesús aparenta indiferencia (Mat. 15:23). Luego, parece rechazarla, al decirle que había sido enviado solo a las ovejas pérdidas de Israel (vers. 24). Finalmente, le dice que «no está bien tomar el pan que es de los hijos, y echarlo a los perritos» (vers. 26, RVC). ** ¿Por qué insistió ella en que él la ayudara? El Deseado de todas las gentes nos da la pista. Ahí leemos que en las palabras del Salvador la mujer vio que había llegado su oportunidad: «Bajo la aparente negativa de Jesús, vio una compasión que él no podía ocultar» (p. 373). En el rostro amante del Salvador ella descubrió que él realmente deseaba concederle la anhelada bendición. Y no se equivocó, porque cuando ella dice que «aún los perritos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos», el Señor le responde: «“¡Ah, mujer, tienes mucha fe! ¡Que se haga contigo tal y como quieres!" Y desde ese mismo instante su hija quedó sana» (vers. 27-28, RVC).

¿Se puede pedir más? Su hija es sanada, ella «reconoce inmediatamente a Jesús como el Redentor» (ibíd.), y los discípulos aprenden que hay otras ovejas fuera del redil a las que el Buen Pastor también ha de buscar.

Gracias, maravilloso Salvador, porque un bendito día te saliste de tu camino para colocarte en el mío. Siempre creí que yo te había encontrado, pero ahora sé que fuiste tú quien me encontró!

*Comentario bíblico adventista, t. 5. p. 409.

**La palabra «perritos» (Gr. kunárion), que usó Jesús en este pasaje, no se refería al perro callejero, sino a las mascotas domésticas que gozan del afecto de sus amos.

viernes, 26 de agosto de 2022

Viernes 26 de agosto PARA ESTUDIAR Y MEDITAR

Viernes 26 de agosto PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee Elena de White, Profetas y reyes, “Josafat”, pp. 142-151; Patriarcas y profetas, “La caída de Jericó”, pp. 521-533. “Eduquemos, pues, nuestro corazón y nuestros labios para alabar a Dios por su amor incomparable. Eduquemos nuestra alma para tener esperanza y vivir en la luz que irradia de la Cruz del Calvario. Nunca debemos olvidar que somos hijos del Rey celestial, hijos e hijas del Señor de los ejércitos. Es nuestro privilegio confiar reposadamente en Dios” (MC 195). “Y, mientras yo lo adoro y magnifico, ustedes magnifíquenlo conmigo. Alaben al Señor aun cuando caigan en la oscuridad. Alábenlo aun en la tentación. ‘Regocijaos en el Señor siempre’, dice el apóstol. ‘Otra vez digo: ¡Regocijaos!’ ¿Traerá eso penumbras y tinieblas a sus familias? No, por cierto; traerá un rayo de sol. Así reciban rayos de luz eterna del Trono de gloria y los esparcirán a su alrededor. Permítanme exhortarlos a realizar esta obra: esparzan esta luz y esta vida a su alrededor, no solo en vuestra propia senda, sino en las sendas de los que se relacionan con ustedes. Que su objetivo sea mejorar a los que los rodean, elevarlos, señalarles el cielo y la gloria, y guiarlos a buscar, por sobre todas las cosas terrenales, los bienes eternos, la herencia inmortal, las riquezas imperecederas” (TI 2:525). PREGUNTAS PARA DIALOGAR: 1. ¿Qué papel tiene la alabanza comunitaria en la vida del cristiano? ¿Cómo describirías la alabanza en tu Escuela Sabática? ¿Es edificante? ¿Anima a los miembros a mantenerse fieles en medio de las pruebas y las aflicciones? Si no es así, ¿qué se podría hacer? 2. ¿Qué significa “alaben al Señor aun cuando caigan en la oscuridad” o “alábenlo aun en la tentación”? La alabanza ¿cómo puede ayudarnos a superar estas situaciones? 3. Pide a los miembros de la clase que den testimonio de cómo la alabanza afectó su vida. ¿Qué pueden aprender de las experiencias de los demás? 4. Como clase, escojan un salmo de alabanza y dediquen tiempo a leerlo juntos. ¿Qué les enseña sobre la alabanza? ¿Qué impacto tiene la alabanza en su fe?

Matutina para Adultos

Nuestro maravilloso Dios 
 viernes, 26 ago. 2022 
 La vida abundante 

 «Yo soy la puerta: el que por mi entre será salvo; entrará y saldrá, y hallará pastos. [...] yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia». Juan 10:9-10, RV95 

  UNA DE ESTAS MAÑANAS, mientras ejercitaba viendo el programa Body & Spirit (Cuerpo y espíritu), de 3ABN, escuché al entrenador hablar de cómo combatir los dañinos efectos del estrés.

Para ilustrar la lección, el entrenador contó el relato de un hombre que tenía tantos problemas, que se quería suicidar. Analizó las diferentes opciones, y decidió ir a un campo abierto. Ahí correría hasta caer muerto. Al día siguiente, el hombre corrió y corrió, hasta que cayó exhausto al pie de un árbol, pero no murió.

Al otro día intento de nuevo. El mismo lugar. La misma ruta. De nuevo cayó muerto, pero de cansancio. Solo que, a diferencia del día anterior, no vio el árbol. « ¿Qué se hizo el árbol de ayer?», se preguntó. Había quedado atrás. Durante los días que siguieron repitió la actividad, y cada vez el árbol quedaba más lejos. Cuando llegó el fin de semana, el hombre no solo se sentía más fuerte, sino también más alegre. Hasta que un día, después de tanto correr, se dice a sí mismo: « ¡Esto está divertido! ¡Ya no me quiero suicidar!».

Por supuesto que se trata de una fábula, pero el relato contiene una gran verdad: ¿Quién va a querer suicidarse mientras está disfrutando de las cosas buenas de la vida? Y la verdad sea dicha: aunque hay cosas malas en este mundo, ¿no es cierto que también hay muchas cosas buenas? La buena salud es una de ellas. Hablando, por ejemplo, del ejercicio físico, el Dr. Donald R. Hall escribe que las personas que ejercitan su cuerpo periódicamente, «disfrutan de mejor salud mental, son menos propensos a sufrir de depresión y son más felices».*

¿Y cuánto cuesta esa «medicina» milagrosa que es el ejercicio físico? Pues lo mismo que cuesta el aire puro, la luz del sol, el agua, el descanso... Como bien lo dice el Dr. I-Min Lee, profesor de la Escuela de Medicina de Harvard, el ejercicio no solo es medicina, además «es medicina gratuita y con muy pocos efectos secundarios». **

Nuestro Señor vino a este mundo para que tengas «vida en abundancia». Es su deseo que disfrutes de salud física, mental y espiritual. Que te alimentes sanamente. Que te deleites con las maravillas de la creación. Que mantengas buenas relaciones personales. Y, sobre todo, anhela que entres por la única puerta que conduce a la vida eterna: Jesucristo.

Esa «puerta» está hoy abierta para ti y para mí. ¿Entraremos?

Padre celestial, hoy me propongo disfrutar de esa vida abundante que tu amado Hijo vino a darnos. Y también quiero que otros participen de esta gran bendición.

*Donald R. Hall, Staying healthy for Life, Pacific Press, 2013, p. 11. **I-Min Lee, Harvard Heart Letter, «Vital News You Can Use», Harvard Medical School, s/i, p. 6.

jueves, 25 de agosto de 2022

Lección 9 | Jueves 25 de agosto UN ARMA QUE CONQUISTA

Lección 9  | Jueves 25 de agosto UN ARMA QUE CONQUISTA Lee 2 Crónicas 20:1 al 30. Como descubrió Josafat, la alabanza es un arma poderosa. Después de recibir el informe de que una “gran multitud” venía contra él, Josafat no se lanzó inmediatamente a la acción militar, sino que decidió “consultar a Jehová” (2 Crón. 20:3). Cuando el pueblo de Judá llegó a Jerusalén para ayunar, Josafat admitió la realidad de la situación y dijo que “en nosotros no hay fuerza contra tan grande multitud que viene contra nosotros; no sabemos qué hacer, y a ti volvemos nuestros ojos” (2 Crón. 20:12). Cuando ves que se acerca una “gran multitud”, ¿cuál es tu reacción instintiva? De la respuesta de Josafat en 2 Crónicas 20:3 al 12, ¿qué puedes aprender sobre cómo afrontar una oposición abrumadora? Cuando el Espíritu de Dios descendió sobre Jahaziel, este anunció audazmente: “No habrá para qué peleéis vosotros en este caso; paraos, estad quietos, y ved la salvación de Jehová con vosotros. Oh Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, porque Jehová estará con vosotros” (2 Crón. 20:17). Después de eso, adoraron a Dios y cantaron alabanzas “con fuerte y alta voz” (2 Crón. 20:19). Aunque Dios iba a luchar por ellos, aun así tenían que salir para enfrentar al enemigo. Pero esta no era una marcha común hacia la guerra. Josafat designó un coro para que cantara alabanzas a Dios mientras marchaban. “Y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jehová puso contra los hijos de Amón, de Moab y del monte de Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros” (2 Crón. 20:22). Según el autor, Dios intervino en el mismo momento en que ejercieron fe en su promesa, al comenzar a “alabar el esplendor de su santidad” (2 Crón. 20:21, NVI). Vuelve a leer 2 Crónicas 20:1 al 30. ¿Qué principios espirituales puedes encontrar que se puedan aplicar a tu experiencia con Dios, especialmente en tiempos de pruebas y aflicciones?

Matutina para Adultos

Nuestro maravilloso Dios 
 jueves, 25 ago. 2022 
 ¿Por qué orar? 

 «Ya no los llamo siervos, porque el siervo no está al tanto de lo que hace su amo; los he llamado amigos, porque todo lo que a mi Padre le os decir se lo he dado a conocer a ustedes». Juan 15: 15, NVI 

  ¿POR QUÉ ORAR? En su excelente libro Prayer (La oración), M. L. Andreasen escribe que preguntar por qué orar es como preguntar por qué amar, o por qué respirar. «Una es tan necesaria como la otra. Donde hay amor, hay comunión, y también hay oración. No puede ser de otra manera». *   ¡Muy bien dicho! «Donde hay amor, hay comunión, y también hay oración». Con estas palabras el autor nos está diciendo que el propósito principal de la oración no es pedir a Dios que supla nuestras necesidades, porque esto ya lo hace, como nuestro Padre que es. Es estar en comunión con él.

Entonces, ¿por qué orar? Porque somos amigos de Dios —responde Andreasen-, y porque no hay nada más santo que la amistad que se edifica sobre el amor genuino. Y luego añade que el mayor gozo de una amistad no radica en hablar, sino estar juntos, en comunión.

El siguiente relato, que cuenta el doctor y autor Larry Dossey, ilustra bien este punto. Cuenta el doctor Dossey que uno de sus pacientes estaba muriendo de cáncer en los pulmones. El día anterior a su muerte este hombre reveló que, aunque nunca había sido una persona religiosa, había estado orando con frecuencia.

--¿Y por qué ha estado orando? —le preguntó el Dr. Dossey.

- Por nada en particular —respondió el enfermo.

-Pero si la oración no es para pedir —preguntó el sorprendido doctor, ¿entonces para qué es?

El hombre se quedó pensando por un momento, y luego respondió:

-La oración me recuerda que no estoy solo **

Al día siguiente este hombre murió, pero sus palabras sugieren que había descubierto que donde hay amor, hay comunión, y también hay oración. ¿Qué significa esto en la práctica? Significa, por una parte, que veamos la oración, no como un deber, sino como un privilegio. ¿De qué otra manera podemos llamar a esos momentos en los que estamos con nuestro Amigo y Salvador? Por la otra, significa que además de nuestras peticiones personales —que, de paso, Dios ya conoce- hemos de aprovechar la oración para decirle a nuestro mejor Amigo lo mucho que agradecemos todo lo que hizo con tal de salvarnos. Bien lo dice Elena G. White: «Orar es el acto de abrir nuestro corazón a Dios como a un amigo» (El camino a Cristo, 2005, cap. 11, p. 138).

Gracias, Jesús, porque eres mi mejor Amigo; y porque, no importa donde yo esté, o cuáles sean mis circunstancias, siempre podré hablar contigo.

*M. L. Andreasen, Prayer. Pacific Press, 1957, p. 13. **Larry Dossey, citado en Victor Parachin, «Finding Hope and Help in the Bible», en Signs of the Times, diciembre de 2008, p. 28.

miércoles, 24 de agosto de 2022

Miércoles 24 de agosto UN TESTIMONIO CONVINCENTE

Miércoles 24 de agosto UN TESTIMONIO CONVINCENTE En el libro de Hechos, la alabanza tuvo un efecto asombroso sobre quienes la escucharon. Lee Hechos 16:16 al 34. Después de quitarles la ropa y golpearlos despiadadamente, a Pablo y a Silas los encarcelaron. No hubo nadie que les pusiera ungüento en la espalda magullada y gravemente lacerada. Con gran dolor físico y con los pies en el cepo, fueron puestos en la oscuridad de la zona interna de la prisión. Pero, mientras los demás prisioneros escuchaban, Pablo y Silas comenzaron a orar y cantar. Después del terremoto, y después de que el carcelero descubrió que ni Pablo ni Silas ni ninguno de los demás prisioneros habían escapado, “temblando, se postró a los pies de Pablo y de Silas; y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?” (Hech. 16:29, 30). ¿Por qué este hecho hizo que el carcelero se concentrara en su necesidad de salvación? ¿Qué papel crees que tuvieron las oraciones y los cánticos de Pablo y de Silas en el hecho de que los prisioneros no huyeran y en la conversión de este hombre y de toda su familia? Es asombroso pensar que nuestra alabanza puede transformar el destino eterno de quienes nos rodean. Si Pablo y Silas se hubieran sentado en la oscuridad a murmurar y quejarse como suelen hacer los prisioneros, ¿crees que alguien se habría salvado esa noche? No sabemos qué pasó con el carcelero y su familia posteriormente, pero ¿te los imaginas leyendo las palabras que Pablo escribió más adelante desde otra prisión en Roma?: “Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no solo que creáis en él, sino también que padezcáis por él, teniendo el mismo conflicto que habéis visto en mí, y ahora oís que hay en mí” (Fil. 1:29, 30). Si leyeron esto y reflexionaron respecto de que el sufrimiento de Pablo les había producido gozo a ellos, seguramente esto debió haberles despertado una canción en el corazón y un nuevo aliciente para permanecer fieles, sin importar el costo. ¿En quién crees que podrías influir para creer en Dios mediante un cántico de alabanza que salga de tu corazón? Haz un esfuerzo intencional para ser más abierto y efusivo en tu alabanza a Dios alrededor de otras personas. No sabes el efecto positivo que podría tener esto.

Matutina para Adultos

Nuestro maravilloso Dios 
 miércoles, 24 ago. 2022 
 En sintonía con Dios 

 «Invócame en el día de la angustia; te libraré y tú me honrarás». Salmos 50: 15 

  PAUL RATSARA nunca supo quién puso el veneno en su comida, pero quienquiera que haya sido, tenía toda la intención de matarlo. Después de una larga recuperación, Paul no regresó a la escuela, sino que se quedó cuidando de la granja familiar. ¿Sería esta su suerte por el resto de su vida? La historia la cuenta Derek J. Morris.

Cuenta Morris que un día, mientras Paul hacía su trabajo diario, encontró un libro que le llamó la atención. Se trataba de un ejemplar del Nuevo Testamento y los Salmos, en su idioma natal, el malgache. Nunca imaginó Paul que el pequeño libro se convertiría en su compañero inseparable. Comenzando con el Evangelio de Mateo, leyó todo el libro una y otra vez. ¿Por qué nadie le había hablado antes de Jesús?

Entonces Paul decidió reanudar sus estudios, en otra ciudad. Ahí comenzó a asistir a una iglesia cristiana, donde pronto se convirtió en líder juvenil y, tiempo después, ministro del evangelio. Desde entonces, según relata Derek J. Morris, «Paul se ha dedicado a compartir con otros el evangelio de Jesucristo», incluso a riesgo de su vida.

Una de esas difíciles experiencias se produjo en Kinsasa, la capital de la República Democrática del Congo. Paul caminaba por la calle cuando un hombre armado lo forzó a entrar en un vehículo donde lo esperaban otros dos, también armados. Lo robaron y luego le dijeron que lo matarían. Entonces Paul recordó nuestro versículo para hoy: «Invócame en el día de la angustia...».

Un sentimiento de profunda paz inundó su corazón. «Soy un misionero proveniente de Madagascar —dijo a sus raptores—, y estoy aquí para servir a Dios y a la humanidad, incluyéndolos a ustedes». Al poco rato, los delincuentes comenzaron a discutir acaloradamente. Al final, el que parecía ser el líder dijo en francés: « ¡No vamos a hacerle daño! ¡Él es un hombre de Dios!». De pronto, el vehículo se detuvo, y le dijeron: «Pastor, es un hombre libre. Se puede ir».

¿Qué hizo Paul, entonces? En lugar de huir del lugar, les pidió a los bandidos que lo regresaran a la ciudad. Ellos accedieron, y en el camino de regreso le devolvieron lo que le habían robado, y le recomendaron qué calles no debía tomar !porque podría haber bandidos por ahí!

¿Qué aprendió Paul Ratsara de su experiencia? «He aprendido —dijo— que, para vivir, primero debes estar listo para morir. Para ser libre, tienes que ser libre del temor a la muerte. [...]. Mi oración diaria es estar en sintonía con Dios en cada momento, y creer que sus ángeles están conmigo».*

«Estar en sintonía con Dios en cada momento». Como oración, ¡no está mal para comenzar el día! ¿No te parece?

Maravilloso Dios, hoy quiero estar «en sintonía contigo», y que tus ángeles estén conmigo en todo momento.

*Derek). Morris, Radical Evidence, Autumn House Publishing, 2013, pp. 31-40.

martes, 23 de agosto de 2022

Lección 9 | Martes 23 de agosto LA VIDA DE ALABANZA

Lección 9  | Martes 23 de agosto LA VIDA DE ALABANZA Alabar al Señor quizá no sea natural para nosotros, incluso en circunstancias favorables. Entonces, ¿cuánto más difícil será alabar en las malas? Sin embargo, eso es lo que somos llamados a hacer. La alabanza es algo que debemos practicar hasta que, de ser una actividad que realizamos en un momento determinado, pase a ser una atmósfera en la que vivimos. La alabanza no debería ser tanto un acto específico como un estilo de vida específico. Lee Salmo 145. ¿Cuáles son las razones que da David para alabar a Dios? ¿En qué sentido las palabras de este salmo deberían ser las tuyas? El gran predicador británico Charles Haddon Spurgeon escribió un libro titulado The Practice of Praise [La práctica de la alabanza]. Está basado en el versículo 7 del Salmo 145. Mediante este breve versículo, Spurgeon llama nuestra atención a tres cosas importantes que pueden ayudarnos a desarrollar la alabanza en nuestra vida. 1. Practicamos la alabanza cuando miramos a nuestro alrededor. Si no miramos a nuestro alrededor para ver la grandeza de Dios, no tendremos ninguna razón para alabarlo. ¿Qué puedes ver en el mundo creado que sea digno de alabanza, como la belleza de la Creación de Dios? ¿Qué puedes ver en el mundo espiritual que sea digno de alabanza, como la fe de un joven cristiano que va en aumento? 2. Practicamos la alabanza al recordar lo que hemos visto. Si queremos vivir en una atmósfera de alabanza, debemos ser capaces de recordar el motivo. ¿Cómo podemos recordar las grandes cosas acerca de Dios (por ejemplo, fomentando nuevos rituales o símbolos que nos recuerden su bondad), para que su bondad y la verdad acerca de él no se nos escapen de la mente? 3. Practicamos la alabanza cuando hablamos de ella. La alabanza no es algo que hacemos en nuestra mente. Su propósito es que salga de nuestra boca, para que también la escuchen quienes nos rodean. ¿Qué razones se te ocurren para alabar a Dios verbalmente? ¿Cuál será el efecto de esa alabanza y sobre quiénes? Toma lápiz y papel y dedica un tiempo a examinar estos tres puntos. ¿Qué puedes hacer para cultivar el hábito de la alabanza en tu vida?

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Nuestro maravilloso Dios 
 martes, 23 ago. 2022 
 ¿Qué significa aceptan a Cristo? 

 «Si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas». 2 Corintios 5: 17 

  ¿QUÉ SIGNIFICA ACEPTAR A CRISTO COMO SALVADOR? Comencemos por decir lo que no significa, tal como lo ilustra A. W. Tozer. Cuenta Tozer que en una ocasión se encontraba un grupo de predicadores en el restaurante de un hotel hablando sobre lo que significa aceptar a Cristo. En medio de la conversación uno de los predicadores dijo que llevar a una persona a Cristo era lo más fácil del mundo, y ofreció dar una demostración.

Cuando el mesonero se acerca, el hombre le pide un minuto de su tiempo. Entonces le pregunta si es cristiano. Cuando el joven responde que no lo es, el predicador le pregunta si le gustaría serlo. Cuando ahora responde que no ha pensado mucho en eso, ¿qué le dice el predicador?

-Todo lo que tienes que hacer es aceptar a Cristo en tu corazón --le dice. -Pues... entonces... creo que sí —responde el mesonero.

Al final de la conversación, el predicador da gracias porque el joven ha aceptado a Cristo, y le pide a Dios que lo bendiga «en su nueva vida».*

¿Aceptó realmente a Cristo ese joven? ¿Entendió lo que significa la preciosa sangre de Jesús, derramada en la cruz para el perdón de los pecados? ¿Alguna señal de tristeza por los pecados que crucificaron al inocente Hijo de Dios? ¿Alguna señal de conversión? ¡Por supuesto que no! Según escribe el mismo Tozer, aceptar a Cristo significa establecer con él «una relación salvadora que es a la vez revolucionaria, completa y exclusiva».**

Revolucionaria, porque implica, no solo una mejora, sino una total transformación de la vida. Completa, porque ningún aspecto de la vida del individuo queda fuera del proceso de cambio. Exclusiva, porque el amor a Cristo deja de ser un interés entre muchos, para convertirse en el motivo dominante en la vida del cristiano. ¿No es esto lo que dice nuestro texto de hoy? «Si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas».

«No es suficiente creer acerca de Cristo; debemos creer en él. La única fe que nos salvará es la que le acepta a él como Salvador personal; que nos pone en posesión de sus méritos. [...]. La fe salvadora es una transacción por la cual los que reciben a Cristo se unen a él mediante un pacto» (El Deseado de todas las gentes, cap. 36, p. 318; énfasis añadido).

Santo Espíritu, obra en mi corazón una transformación completa. Santifica mis gustos, mis motivos, mis aspiraciones, en armonía con tu voluntad, y que mi amor por Cristo no sea uno entre muchos, sino el amor supremo de mi vida.

*A. W. Tozer, Christ, the Eternal Son, Christian Publications, 1982, pp. 128-129. **Ibid., p. 132.

lunes, 22 de agosto de 2022

Lunes 22 de agosto LA ORACIÓN DERRIBA MUROS

Lunes 22 de agosto LA ORACIÓN DERRIBA MUROS Hay una expresión en inglés que dice: “Encerrarse pintando hasta un rincón”. Imagínate que estás pintando el piso de una habitación, pero luego te das cuenta de que terminaste en una esquina y no puedes salir, salvo que pises sobre la pintura fresca. ¡Tienes que quedarte allí hasta que se seque! A veces, nuestra fe parece arrinconarnos. Llegamos a una situación y, al igual que la pintura fresca en el piso, nuestra fe nos “atrapa”. Contemplamos la situación, y una de dos: o tenemos que rechazar a Dios, la fe y todo lo que creemos, o nuestra fe nos obliga a creer lo que parece imposible. Dios arrinconó a los israelitas. Después de que el pueblo vagó durante cuarenta años por el desierto, Dios no condujo a su pueblo a praderas desocupadas y pacíficas; Dios los condujo a una de las ciudades más fortificadas de toda la zona. Entonces, tuvieron que caminar alrededor de Jericó en silencio durante seis días. Al séptimo día, Dios les indicó que gritaran, y que ese grito, junto con las trompetas, les daría la victoria. Lee Josué 5:13 a 6:20. Dios ¿qué estaba tratando de enseñarles a los israelitas? Gritar fuerte no iba a causar vibraciones que hicieran caer los muros. Cuando Dios convocó a los israelitas a “gritar”, era el mismo tipo de grito del que David escribe en el Salmo 66: “Aclamad a Dios con alegría, toda la tierra. Cantad la gloria de su nombre; poned gloria en su alabanza” (Sal. 66:1, 2). ¡Este grito era una alabanza! Después de seis días de observar los enormes muros, debieron haber llegado a la conclusión de que no tenían ninguna posibilidad de derribarlos por su cuenta. ¿Cómo nos ayuda esta idea a comprender el significado de Hebreos 11:30? Cuando Dios está a punto de hacer algo nuevo en nuestra vida, posiblemente nos lleve a Jericó, porque tal vez deba enseñarnos que el poder para triunfar no proviene de nuestras fuerzas y estrategias. Todo lo que necesitamos está fuera de nosotros. Por lo tanto, no importa lo que haya frente a nosotros, no importa cuán insuperable pueda parecer, nuestra función es alabar a Dios, la Fuente de todo lo que necesitamos. Eso es fe en acción.

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Nuestro maravilloso Dios 
 lunes, 22 ago. 2022 
 Derribar muros 

 «En aquel tiempo ustedes [.../ vivían en este mundo sin Dios y sin esperanza. Pero ahora, en Cristo Jesús, ustedes, que en otro tiempo estaban lejos, han sido acercados por la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz. De dos pueblos hizo uno solo, al derribar la pared intermedia de separación». Efesios 2: 12-14, RVC 

  DERRIBAR MUROS DE SEPARACIÓN, construir puentes de acercamiento: ¿No fue esto, precisamente, lo que nuestro Señor logró con su muerte en la cruz? Gracias a ese precioso sacrificio, escribe el apóstol Pablo, los que estaban lejos de las promesas del pacto, fueron «acercados por la sangre de Cristo»; y, además, fue derrumbada «la pared intermedia» que separaba a judíos de gentiles.

Resulta por demás interesante saber que en el templo judío existía una «pared intermedia de separación». Se trataba de una valla que separaba el atrio de los gentiles del atrio de los judíos. Esta «pared» marcaba límites que ningún pagano podía pasar, sin arriesgar su vida en el intento. De hecho, una inscripción descubierta por arqueólogos en 1871 dice, literalmente: «No entre ningún extranjero dentro de la barrera y del muro circundante que rodea el templo. Cualquiera que sea aprendido (dentro), será responsable de su propia muerte».* Pablo lo sabía muy bien, pues él mismo había sido acusado por judíos de Asia de haber introducido a unos griegos al área prohibida del templo (ver Hech. 21: 28-30).

La buena noticia que nos trae nuestro texto de hoy es que, con su muerte en la cruz, Cristo derribó esa pared intermedia y todas las demás «paredes» que separan a la humanidad. Por eso Pablo escribe: «Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre ni mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús» (Gál. 3: 28). En otras palabras, «la pared intermedia» ha sido derribada, y ahora todos, judíos y gentiles, somos herederos de las promesas hechas por Dios a Abraham.

¿Existe en tu vida alguna pared que te separe de tu hermano o hermana en Cristo? ¿La hay en tu familia, en tu iglesia, en tu trabajo? Si es así, este es un buen día para comenzar a derrumbar las paredes que nos dividen, debido a nuestras diferencias de raza, color, clase social o ideología. Como bien lo dice John M. Fowler, dondequiera «existan discriminaciones hacia una persona o grupo; (dondequiera] haya exclusiones de la amistad y el compañerismo, o se prohíba participar del gozo que Cristo ha traído, allí hay una pared. Esa pared debe ser derribada. Esta es la plegaria de la cruz». **

Gracias, Jesús, porque con tu sangre has derribado las barreras que me separaban de ti. Capacítame hoy para derribar las paredes que me separan de mi prójimo.

* Comentario bíblico adventista, i. 5, pp. 68-69. **John M. Fowler, Efesios: Elegidos en él, APLA, 2005, p. 64.

domingo, 21 de agosto de 2022

Lección 9 | Domingo 21 de agosto UN MARCO PARA LA ALABANZA

Lección 9  | Domingo 21 de agosto UN MARCO PARA LA ALABANZA El gran escritor ruso Fiódor Dostoyevski había sido condenado a muerte, pero a último momento le conmutaron la sentencia. En su lugar, pasó años en prisión. Sobre su experiencia en la prisión, escribió: “Cree hasta el final, aunque todos los hombres se extravíen y seas el único fiel que quede; aun así, lleva tu ofrenda y alaba a Dios en tu soledad”. En estas lecciones ya hemos visto que Pablo soportó una oposición y una persecución increíbles. Pero ahora está sentado en una prisión romana, y aun así no está deprimido. Escribe ávidamente para animar a los creyentes de Filipos. Lee Filipenses 4:4 al 7. ¿Cómo crees que Pablo pudo haber escrito esto, siendo que estaba en una prisión? En este pasaje, ¿cuáles son las claves para obtener la “paz de Dios”? Una cosa es alegrarse cuando todo va bien. Pero Pablo nos exhorta a regocijarnos siempre. Eso puede sonar extraño. Si tomamos literalmente lo que escribe Pablo, hay dos implicaciones fundamentales para nosotros. En primer lugar, si el mandato es que nos regocijarnos siempre, esto significa que debemos hacerlo incluso cuando no haya motivos para regocijarnos. En segundo lugar, para regocijarnos siempre, también tendremos que aprender a hacerlo en los momentos en que no nos apetezca. Pablo nos exhorta a alabar a Dios aunque muchas veces nos parezca poco natural, y hasta irrazonable. Pero, como veremos, precisamente porque hay ocasiones en las que parece irracional que nos regocijemos es que se nos exhorta a hacerlo. En otras palabras, la alabanza es un acto de fe. Así como la fe no radica en nuestras circunstancias sino, más bien, en la verdad acerca de Dios, la alabanza es algo que no hacemos porque nos sintamos bien, sino por la verdad de quién es Dios y lo que nos ha prometido. Y, curiosamente, es esa fe la que comienza a determinar nuestros pensamientos, sentimientos y circunstancias. ¿Cuál es la verdad acerca de Dios que Pablo identifica en el pasaje de hoy, la verdad que te permite regocijarte, incluso en la cárcel? Haz una breve lista de lo que sabes que es la verdad acerca de Dios. Repasa la lista y alaba a Dios por cada uno de esos elementos. ¿En qué medida esto cambia la forma de sentir y de considerar tus circunstancias?

sábado, 20 de agosto de 2022

Lección 9: Para el 27 de agosto de 2022 UNA VIDA DE ALABANZA Sábado 20 de agosto

Lección 9: Para el 27 de agosto de 2022 UNA VIDA DE ALABANZA Sábado 20 de agosto LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Filipenses 4:4-7; Josué 5:13–6:20; Salmo 145; Hechos 16:16-34; 2 Crónicas 20:1-30. PARA MEMORIZAR: “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!” (Fil. 4:4). Siempre es fácil aclamar a Dios con alegría cuando sentimos gozo. Sin embargo, cuando las cosas van mal, cuando estamos en la peor situación imaginable, cuando el crisol se escalda, no es tan fácil. No obstante, es precisamente entonces cuando necesitamos alabar a Dios, quizá más que nunca, porque la alabanza es un medio que nos ayuda a conservar la fe. Por cierto, la alabanza puede transformar hasta nuestras circunstancias más tenebrosas, tal vez no en el sentido de que cambie los hechos que nos rodean, sino de que puede cambiarnos a nosotros y a quienes nos rodean, de una manera que nos ayudará a enfrentar los desafíos. La alabanza es fe en acción. Quizá no siempre nos resulte natural, pero cuando practicamos la alabanza para que se convierta en una parte natural de nuestra vida, tiene el poder de convertir y de conquistar. Un vistazo a la semana: ¿Qué es la alabanza? ¿Cómo podría ser un arma espiritual poderosa en circunstancias difíciles? ¿Cómo puede transformarnos a nosotros y cambiar la situación que nos rodea?

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Nuestro maravilloso Dios 
 sábado, 20 ago. 2022 
 Identificar el verdadero tesoro 

 «Donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón». Mateo 6:21 

  ¿PODRÍA SUCEDER QUE UNA PERSONA SEA dueña de un rico tesoro y no lo sepa? O bien, ¿podría suceder que tú tengas un rico tesoro y no lo sepas? También podría ocurrir. Todo depende de lo que entendamos por «tesoro». Un relato de la Edad Media, que cuentan Al y Alice Gray, nos ayudará a entender el punto

Se dice que un día del año 1141 un ejército invasor rodeó las murallas del Castillo de Weinsberg, en Alemania. No era la primera vez que los residentes del castillo enfrentaban una amenaza tal, pero en esta ocasión las posibilidades de prevalecer eran mínimas. Todo lo que podían hacer, al parecer, era entregarse. Solo que las exigencias del ejército invasor eran muy elevadas: las mujeres y los niños serían perdonados con la condición de que entregaran las riquezas y las vidas de los hombres que defendían el castillo. Eso era demasiado. Entonces las esposas también pusieron sus condiciones. Cumplirían con las exigencias solo si les permitían sacar con ellas todas las riquezas que pudieran llevar en sus manos.

« ¿Cuántas joyas podrán cargar en sus manos" --se preguntó el jefe de los invasores—. ¡Por mucho que saquen, siempre quedará una inmensa riqueza dentro de los muros!». De esta manera, el pedido les fue concedido. Dice el relato que cuando las puertas del castillo se abrieron, grande fue la sorpresa del ejército enemigo cuando vieron que cada una de las mujeres salía tomada de la mano de su esposo.*

¡Qué interesante! Y tú, ¿ya identificaste tu verdadero tesoro? ¿Lo habré identificado yo? Nuestro texto de hoy nos ayuda a responder, por cuanto nos recuerda que donde esté nuestro tesoro, allí estará también nuestro corazón. Dicho de otra manera, donde esté lo que para nosotros es más importante, allí estarán también nuestros pensamientos y nuestros intereses. ¿Cuál es, entonces, nuestro mayor tesoro? Es lo que más valoramos en esta vida.

Si algo nos enseñan las esposas de Weinsberg es que ninguna riqueza terrenal, por grande que sea, puede compararse al valor de nuestros seres queridos: cónyuge, hijos, padres y, en general, nuestros seres amados, incluyendo en esta categoría a nuestros buenos amigos. ¡Por nada del mundo los cambiaríamos! ¿Verdad? Pero tengamos cuidado, no sea que, sin darnos cuenta, otros «tesoros» —el trabajo, las redes sociales, los bienes materiales, por citar solo algunos nos roben del tiempo y la atención que nuestros amados esperan de nosotros y, además, merecen.

Yo ya hace años decidí que, después de Jesucristo, « la Perla de gran precio», no hay para mí mayor tesoro que mi familia y mis buenos amigos. Y tú, ¿ya tomaste tu decisión?

Bendito Jesús, quiero que siempre seas mi mayor tesoro; y oro para que ningún tesoro terrenal ocupe en mi corazón el lugar de honor que corresponde a mis seres queridos.

 

*Al y Alice Gray, Stories for a Man'sHeart, Multnomah, 1999, p. 63.

viernes, 19 de agosto de 2022

Lección 8 | Viernes 19 de agosto PARA ESTUDIAR Y MEDITAR

Lección 8  | Viernes 19 de agosto PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee Elena de White, Profetas y reyes, “En tiempos de la reina Ester”, pp. 440-445. “¿No ha dicho Dios que dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan? ¿Y acaso no es este Espíritu un guía real, verdadero y eficaz? Algunos parecen temerosos de fiarse de lo que dice Dios, como si eso significara una presunción. Oran para que el Señor nos enseñe, y sin embargo temen aceptar la palabra que Dios ha dado y creer que hemos sido enseñados por él. Mientras nos presentemos humildemente delante de nuestro Padre celestial, con un espíritu dócil, con disposición y ansias de aprender, ¿por qué habríamos de dudar del cumplimiento de su promesa? Ni por un momento debéis deshonrarlo dudando de él. Cuando hayáis procurado conocer su voluntad, vuestra parte en la cooperación con Dios es creer que se os dirigirá, guiará y bendecirá en el cumplimiento de su voluntad. Quizá tengamos que desconfiar de nosotros mismos para no interpretar mal sus enseñanzas, pero confiad en él; confiad en él hasta lo sumo, para que el Espíritu Santo os guíe a fin de que interpretéis correctamente sus planes y la obra de su providencia” (“Comentarios de Elena de White”, CBA 3:1.173, 1.774). “La fe se fortalece al entrar en conflicto con dudas e influencias opositoras. La experiencia obtenida en estas pruebas es de más valor que las joyas más costosas” (TI 3:609). PREGUNTAS PARA DIALOGAR: 1. Como clase, hablen sobre el tipo de cosas en las que creemos pero no vemos, cosas que sabemos que son reales pero que están más allá de nuestra vista. ¿Cómo puede esto ayudarnos a entender lo que significa ver a “al Invisible”? 2. Analicen la pregunta que se encuentra al final del estudio del miércoles. ¿Cuán a menudo nos encontramos en esa situación? ¿Qué podemos hacer para confiar más en que el camino del Señor es el mejor, si bien eso no es lo que queremos? 3. Si “la fe se fortalece al entrar en conflicto con dudas e influencias opositoras” y esto conduce a algo sumamente valioso, “de más valor que las joyas más costosas”, ¿cómo debería esto moldear la forma en que percibimos esos conflictos? 4. La mayoría vio a gente, e incluso a hermanos cristianos, en situaciones en las que, al menos desde nuestra perspectiva, el resultado fue desastroso. Lo peor que imaginamos sucedió, a pesar de las oraciones y grandes esfuerzos. ¿Cómo entendemos esto a la luz de lo que estuvimos estudiando?

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Nuestro maravilloso Dios 
 viernes, 19 ago. 2022 
 ¿Por qué regresar? 

 «Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí, y al que a mi viene, no lo echo fuera». Juan 6:37 

  ES DIFÍCIL LEER LA PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO y no preguntarse-cuál fue, en última instancia, el motivo principal que indujo a este joven a regresar al hogar. ¿Amor por su padre? ¿Una conciencia culpable? ¿Enmendar el daño? ¿O, simplemente, porque necesitaba sobrevivir? A riesgo de ser injustos, pareciera que decidió regresar porque tenía que subsistir.

Sin embargo, el motivo pudo ser otro. Por ejemplo, ¿pudiera ser que el muchacho nunca pudo borrar de su mente el intenso dolor que se dibujaba en el rostro de su padre mientras él abandonaba el hogar? O, también, ¿pudiera ser que en él creciera cada vez más la convicción de que su padre estuviera esperando por él? Pudiera ser. Porque, ¿quién querría regresar a un lugar donde de antemano uno sabe que no va a ser bien recibido?

En este punto bien podríamos hacer otra pregunta: ¿Por qué un reo condenado a muerte buscaría el perdón del Dios a quien ha ofendido abiertamente con su vida de pecado? ¿Será porque, en lo más profundo de su corazón, sabe que el Padre ha estado esperando por él? Tomemos por ejemplo el caso que relata Dixil Rodríguez. Dixil es capellana voluntaria de hospitales en Texas. Un día recibió una solicitud para entrevistarse con un hombre condenado a muerte. Sin embargo, no se trataba de un desconocido. Diez años atrás, ese hombre había sido uno de sus alumnos; uno de los más promisorios. Pero ahora él esperaba su hora final. Y antes de que esa hora llegara, quería hablar con su profesora.

— Usted creyó en mí —le dijo. Sabía la clase de persona que yo quería llegar a ser, pero tomé malas decisiones.

Hablaron durante poco tiempo. Hacia el final de la entrevista, el hombre alcanzó a decir:

—No quiero que ore conmigo, pero sí quiero que ore por mí.*

«Ore por mí», dice el condenado a muerte. ¿Por qué hace este pedido a sabiendas de que, por causa de sus crímenes, ha de morir? La respuesta está en la pregunta del principio: ¿Por qué regresó al hogar paterno el hijo pródigo a pesar de saber que había causado tanto dolor? Regresó porque sabía que Alguien estaba esperando por él.

Si ahora mismo sientes que tus pecados te han alejado de Dios; si piensas que tus errores te hacen indigno, indigna, del perdón, hoy puedes emprender el camino de regreso a casa. Con los brazos abiertos, Alguien estará esperando por ti.

¿Por cuánto tiempo más lo harás esperar?

Gracias, Padre amado, porque no te cansas de esperar por mí. Hoy emprendo el camino de regreso a ti. Y gracias por la promesa de que, si alguien viene a ti, tú no lo echas fuera.

 

*Dixil Rodríguez, «The Endless Reality of Forgiveness», en Adventist Review, octubre de 2015, p. 39.

jueves, 18 de agosto de 2022

Jueves 18 de agosto CONTINÚA SIENDO FIEL AUN CUANDO NO PUEDAS VER A DIOS

Jueves 18 de agosto CONTINÚA SIENDO FIEL AUN CUANDO NO PUEDAS VER A DIOS Creer que a nadie le importa lo que nos está pasando es muy desagradable. Pero, pensar que Dios no nos conoce o no se preocupa por nosotros puede ser muy angustioso. Para los judíos exiliados en Babilonia, Dios no parecía preocuparse mucho por su situación. Todavía estaban en el exilio, todavía se sentían abandonados por Dios debido a su pecado. Pero Isaías les transmite palabras de consuelo. Isaías 40 es un hermoso pasaje en el que Isaías habla al pueblo con mucha ternura acerca de su Dios: “Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas” (Isa. 40:11). Pero, después de tanto tiempo, los exiliados pensaban: ¿Dónde estás, Señor? No podemos ver ninguna evidencia de que todavía estás allí, ¡ni de que te preocupas! Lee Isaías 40:27 al 31. ¿Cómo describe Isaías a Dios? ¿En qué sentido esta descripción de Dios responde a su creencia de que “mi camino está escondido de Jehová, y de mi Dios pasó mi juicio” (Isa. 40:27)? Otro grupo de personas que podría haber considerado que su camino estaba oculto de Dios se encuentra en el libro de Ester. En este libro, no se menciona a Dios ni una sola vez. Sin embargo, la historia desarrolla un drama acerca de la intervención de Dios para salvar a su pueblo de una ley irrevocable para destruirlo. Esta historia no solo describe acontecimientos del pasado, sino también simboliza un tiempo futuro en el que se volverá a perseguir al pueblo de Dios y se introducirá nuevamente una ley para su destrucción (Apoc. 13:15). ¿Te imaginas cuán fácil sería llegar a la conclusión de que, si hoy existieran esas circunstancias tan terribles, Dios seguramente habría abandonado a su pueblo? Pero, no debemos temer. El mismo Dios que salvó a sus escogidos en la historia de Ester los volverá a salvar en la crisis final. Hemos leído cómo Isaías describió a Dios ante los exiliados. ¿Cómo describirías a Dios ante personas que sienten que Dios desapareció y las abandonó? ¿Cómo les enseñarías a ver con los ojos de la fe, y a dejar de depender de lo que ven a su alrededor con sus ojos físicos?

Matutina para Adultos

Nuestro maravilloso Dios 
 jueves, 18 ago. 2022 
 ¿Renunciar a mis sueños? 

 « "Ustedes traen animales ciegos para el sacrificio, y piensan que no tiene nada de malo; sacrifican animales cojos o enfermos, y piensan que no tiene nada de malo. ¿Por qué no tratan de ofrecérselos a su gobernante?». Malaquías 1: 8, NVI 

  SI, AL IGUAL QUE YO, has escuchado un discurso de graduación, ya sabes cuáles son las expresiones que por lo general el orador usa para motivar a los estudiantes: «Sueña en grande»; «No desistas de tus sueños»; «Sacrifica todo para lograr tus sueños».

Tiene que haber sido muy extraño, por lo tanto, escuchar a Andy Nash --pastor y profesor adventista—, exhortar a un grupo de graduandos de secundaria a renunciar a sus sueños. La experiencia la relata él en su artículo «Give up your dreams» («Desiste de tus sueños») * Ahí Nash explica que su consejo no consiste en que no tengamos aspiraciones, o que no nos esforcemos para alcanzarlas. Es, más bien, que no permitamos que esos sueños lleguen a ser tan importantes en nuestra vida, que ocupen en nuestro corazón el lugar que solo corresponde a Dios.

Hacia el final de su discurso, Nash les pidió a los graduandos leer esa noche el capítulo uno de Malaquias. ¿Por qué Malaquias? Porque ese primer capítulo habla, precisamente, de entregar a Dios lo mejor: «“Ustedes traen animales ciegos para el sacrificio - dice Dios--y piensan que no tiene nada de malo. [...]. ¿Por qué no tratan de ofrecérselos a su gobernante?» (Mal. 1: 8, NVI).

En lugar de traer al altar del sacrificio lo mejor, el pueblo en tiempos de Malaquías estaba entregando a Dios lo peor. Lo que ni los sacerdotes ni el pueblo entendían era que un sacrificio, por definición, «duele»; es decir, «cuesta». En palabras de Nash, «significa que estamos “soltando" aquello a lo cual queremos aferrarnos, para colocarlo en las manos de Dios». Pero aquí viene lo más interesante. Resulta que el sacerdote consumía una porción de lo sacrificado. ¿Qué clase de carne comía el sacerdote cuando el animal que había ofrecido estaba enfermo? ¿Comía lo mejor o lo peor?

La lección para nosotros es que, cuando entregamos a Dios lo mejor, él nos devuelve también lo mejor. Cuando le damos al Señor lo mejor de nuestros talentos, recursos, o sueños, además de honrar su nombre, estamos permitiendo que él queme nuestra ofrenda con el fuego de su Santo Espíritu, y nos devuelva una porción, refinada con su bendición. ¡No permitamos que lo mejor que tenemos nos aleje de Dios, en lugar de acercarnos más a él!

¿Cuál es tu sueño más preciado? Este es el consejo de Nash: confíale a Dios lo mejor que tienes y luego prepárate para observar lo que él es capaz de hacer.

Amado Padre celestial, en este momento te entrego mis sueños más queridos. Quiero que seas tú, y solo tú, quien ocupe el primer lugar en mi corazón.

*Andy Nash, «Give up your dreams», en Adventist Review, mayo de 2015, p. 58.

miércoles, 17 de agosto de 2022

Lección 8 | Miércoles 17 de agosto ECHAR TODA NUESTRA ANSIEDAD

Lección 8  | Miércoles 17 de agosto ECHAR TODA NUESTRA ANSIEDAD Hay una placa que algunos tienen en sus hogares que dice: “¿Por qué orar, cuando puedes preocuparte?” Nos hace reír, porque sabemos con qué frecuencia nos preocupamos en lugar de acudir a Dios y darle nuestras preocupaciones. Alguien dijo cierta vez que cuando en nuestra vida esté todo enredado, debemos dársela a Dios y permitir que él desate los nudos. Cuántos deseos tendrá Dios de hacer esto por nosotros. Sin embargo, es increíble cómo nos las arreglamos para aferrarnos a nuestros problemas hasta que estamos a punto de estallar. ¿Por qué esperamos hasta estar desesperados antes de acudir a Dios? Lee 1 Pedro 5:7. Pedro cita Salmos 55:22. ¿Cuál es el mensaje básico para nosotros? Ver también Mateo 6:25 al 33. Este es un versículo muy sencillo. No esconde ningún secreto, y significa literalmente lo que expresa. Echar significa hacer precisamente eso, arrojar, entregar, de modo que lo que causa dolor y preocupación ya no tenga ninguna conexión con nosotros. Pero, por supuesto, no arrojamos nuestras cargas a cualquier parte. Nuestra preocupación no desaparece en el vacío. Se la damos a nuestro Padre celestial, quien promete resolverla. Eso es lo que Jesús nos asegura en los versículos de Mateo. El problema para ponerlo en práctica no es que sea difícil, sino todo lo contrario: parece demasiado fácil, demasiado bueno para ser verdad. Hay muchas cosas que causan ansiedad. Podría ser la presión del trabajo, la crítica inesperada, la sensación de que no nos quieren o que no nos aman, las preocupaciones financieras, los problemas de salud, la impresión de que no somos lo suficientemente buenos para Dios, pensar que no somos perdonados y otras. Sin importar cuáles sean, una de las razones por las que nos aferramos a nuestros problemas es que creemos que podemos resolverlos mejor que nadie. Pero Pedro nos insta a reconsiderar esa idea. La razón por la que no tenemos que preocuparnos es que a Dios le importa. Pero ¿a Dios todavía le importa lo suficiente como para intervenir cuando se avecina un divorcio o nos sentimos totalmente inútiles? La Biblia afirma que le importa lo suficiente como para transformar cualquier situación. ¿Qué cosas te preocupan ahora? Aunque sean legítimas y parezcan angustiosas, ¿hay algo demasiado difícil para Dios? Quizá nuestro mayor problema sea que, aunque creemos que Dios está al tanto y puede solucionarlas, no creemos que las resolverá como nos gustaría a nosotros. Medita sobre esto último y cuestiónate si es así en tu vida.

Matutina para Adultos

Nuestro maravilloso Dios 
 miércoles, 17 ago. 2022 
 La petición de toda alma 

 « Crea en mí, Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mi » Salmos 51: 10 

  EL SALMO 51 ES, SIN LUGAR A DUDAS, uno de los mejores ejemplos en toda la Escritura de lo que es el verdadero arrepentimiento. Abrumado por la enormidad de su transgresión, al adulterar con Betsabé y dar muerte a Urías, David reconoce su pecado y pide misericordia a Dios.

Quizá por esta razón leemos en Patriarcas y profetas que la petición de toda alma debiera ser la de David cuando oro diciendo: « ¡Crea en mí, Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí!» (cap. 41, p. 436). ¿Qué hay en el arrepentimiento del rey David que sirva de ejemplo a los fieles de todas las edades?

Lo primero que salta a la vista es que David reconoce que ha pecado contra Dios: «Contra ti, contra ti solo he pecado; he hecho lo malo delante de tus ojos» (vers. 4). Por supuesto, David sabía que su pecado de adulterio y homicidio había perjudicado también a otros, pero en estas palabras reconoce que su transgresión ofendió, primeramente, a un Dios santo. ¿Podemos imaginar todo el bien que resultaría si, antes de pecar, recordáramos que estaremos pecando contra Dios?

En segundo lugar, David no solo pide que sean «borradas sus rebeliones», sino que además pide pureza de corazón: « ¡Crea en mí, Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí!» (vers. 10). No solo ora por el perdón de sus faltas, sino también pide ser trasformado por medio de la obra del Espíritu Santo. Solo así podrá tener pensamientos e inclinaciones en armonía con la voluntad de Dios.

Finalmente, David ruega que se le devuelva el gozo de la salvación (vers. 12). Con estas palabras, ratifica la gran verdad de que el pecado solo sirve para traer dolor y tristeza a nuestra vida, pero también nos recuerda que hay esperanza para el pecador. Aunque por su horrible pecado había perdido el gozo de la salvación, ¡David no había perdido al Dios de la salvación! Esta es, sin lugar a dudas, una gran noticia, porque lo que David está diciendo aquí es lo que siglos más tarde declararía el apóstol Pablo: ni siquiera nuestros pecados nos pueden separar del amor de Dios.

¡Alabado sea el nombre de Dios! Si por haber pecado has perdido «el gozo de la salvación», hoy puedes suplicar a tu Padre celestial que te lo devuelva con su perdón. ¿Cuál ha de ser, entonces, tu petición? La de David, cuando se arrepintió de su pecado: «Un corazón limpio, y un espíritu recto dentro de mí»,

Gracias, Padre celestial, porque hoy me has recordado que ningún pecado es tan grande que no pueda ser perdonado; y que no hay nada en este mundo que me pueda separar de tu amor

martes, 16 de agosto de 2022

Martes 16 de agosto EL PODER DE LA RESURRECCIÓN

Martes 16 de agosto EL PODER DE LA RESURRECCIÓN La resurrección resuelve el problema de la impotencia humana. Al meditar sobre la vida, la muerte y la resurrección de Jesús, a menudo nos planteamos que la muerte de Jesús fue el acontecimiento que nos hizo legalmente justos ante Dios. Y eso es cierto, por supuesto. Sin embargo, la resurrección añade una dimensión específica a la salvación. La resurrección de Jesús es significativa no solo porque nos muestra que un día nosotros también resucitaremos, sino también  porque sentó a Jesús a la diestra del Padre, en una posición de absolutos poder y autoridad. ¡Este poder de resurrección es el mismo poder que Dios pone a nuestra disposición hoy! En Efesios 1:18 al 23, Pablo habla del poder de Dios. ¿Qué nos enseñan estos versículos sobre el poder de la resurrección? ¿Qué esperanzas y promesas puedes encontrar para ti en este pasaje? Pablo ora para que los efesios comprendan algunas cosas que solo pueden entenderse correctamente con ayuda divina: (1) que existe la esperanza de transformación y un futuro eterno al que Jesús nos ha llamado; (2) el poder que se manifestó en nuestro favor. Pablo luego trata de describir cuán asombroso es este poder. El poder que está disponible para nosotros hoy es el mismo poder que resucitó a Jesús: no solo lo sacó de la tumba y le devolvió la vida, sino también le devolvió el sitial de poder a la diestra del Padre. Pero Pablo no se detiene allí. La resurrección no le dio a Jesús cualquier clase de poder, sino el poder de gobernar y proveer todo lo que su pueblo pudiera necesitar, ¡por toda la eternidad! Haz una lista de las facetas de tu vida en las que necesitas del poder del Jesús resucitado. Cuando termines, ora para que este poder se aplique en todas estas esferas de necesidad. Al mismo tiempo, ¿en qué puedes mejorar, qué decisiones puedes tomar para que este poder actúe con más libertad en tu vida?

Matutina para Adultos

Nuestro maravilloso Dios 
 martes, 16 ago. 2022 
 ¡Lejos de la terraza! 

 «Un día, al caer la tarde, se levantó David de su lecho, y se paseaba sobre el terrado de la casa real, cuando vio desde el terrado a una mujer que se estaba bañando, la cual era muy hermosa. Envió David a preguntar por aquella mujer, y le dijeron: "Aquella es Betsabé, hija de Eliam, mujer de Urías, el heteo"». 2 Samuel 11:2-3 

  ¿QUÉ HACÍA DAVID en el terrado de su casa justo «en el tiempo en que los reyes salen a la guerra? Los ejércitos de Israel, bajo el mando de Joab, enfrentaban a los amonitas en Rabá, pero en lugar de comandar a sus fieles soldados, David prefirió quedarse en Jerusalén. ¿Por qué?

El problema es que, a la par que las defensas externas de Israel se fortalecían, las defensas internas del carácter de David se debilitaban. Las fronteras de su reino habían alcanzado el nivel de desarrollo predicho por el Señor a Abraham (ver Gén. 15: 18-21). Como líder de Israel, David gozaba del respeto y la admiración de propios y extraños. Además, la economía de la nación había alcanzado su máximo nivel de prosperidad. ¿Qué podía pedir el que ya no tuviera? ¿Y a quién podía temer?

Lo que no sabía David era que su propio éxito terminaría siendo su mayor enemigo, y que su vida de comodidad lo expondría a un peligro mayor que el de cualquier ejército extranjero. Como bien lo dice Patriarcas y profetas, fue «el espíritu de confianza y ensalzamiento» el que preparó su caída [...]. David se veía rodeado de los frutos de la victoria y de los honores de su gobierno sabio y hábil. Fue entonces, mientras vivía en holgura y desprevenido, cuando el tentador aprovechó la oportunidad de ocupar su mente» (cap. 71, p. 708).

En otras palabras, la transgresión de David, más que una caída, fue un deslizamiento; una caída gradual. De manera imperceptible, su confianza en Dios se fue debilitando, y cuando llegó el momento de la tentación, no huyo. Antes de que se percatara, sus malos deseos se despertaron, y el resultado fue pecado y muerte.

¿Qué nos enseña la caída de este gran hombre de Dios? Lo primero, que nuestra única seguridad está en depender de Dios y de su Palabra cada día, tanto en nuestros éxitos como en nuestros fracasos. Lo segundo, que para nuestro propio bien ¡hemos de permanecer lejos de la terraza!

¿Ya identificaste «tu terraza»? Ya se trate de un lugar, de una persona, o una cosa, aléjate de la tentación! Bien lo dijo Matthew Henry: «No te acerques al árbol prohibido, ¡a menos que quieras comer del fruto prohibido!» (Matthew Henry, citado por Charles Cowan en Mountain Trailways for Youth, Daybreak Books, 1975, lectura para el 21 de mayo).

Ayúdame, Señor, a mantener una estrecha comunión contigo cada día; y dame la voluntad que necesito para mantenerme lejos, muy lejos de la tentación.

lunes, 15 de agosto de 2022

Lección 8 | Lunes 15 de agosto EN EL NOMBRE DE JESÚS

Lección 8  | Lunes 15 de agosto EN EL NOMBRE DE JESÚS “Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré” (Juan 14:14). Jesús no estaría mucho tiempo más con los discípulos; quien había sido su apoyo y aliento se iría al cielo. Y los discípulos comenzaron a sentirse confundidos e impotentes. Pero, si bien los discípulos ya no podrían verlo físicamente, Jesús les dio una promesa extraordinaria. Lee Juan 14:1 al 14. Según los versículos 13 y 14, Jesús promete hacer por nosotros “todo” lo que pidamos en su nombre. Debido a esto, casi siempre agregamos al final de nuestras oraciones: “En el nombre de Jesús, amén”. Al decir esto, ¿qué pensamos normalmente que significa? ¿Qué quiso decir Jesús cuando nos animó a orar así? ¿Qué pistas hay en estos versículos que nos ayudan a comprender lo que él nos plantea? Cuando pedimos “en el nombre de Jesús”, podemos estar seguros de que toda la maquinaria celestial está obrando en nuestro favor. Quizá no veamos a los ángeles actuar a nuestro alrededor, pero allí están: son enviados desde el Trono celestial en el nombre de Jesús, para atender nuestras peticiones. A veces, cuando oramos en el nombre de Jesús, abrimos los ojos y esperamos que todo sea diferente a nuestro alrededor; pero todo sigue igual. No obstante, aunque el poder de Dios puede llegar con un efecto dramático, como cuando Jesús calmó la tormenta, también puede llegar en silencio, sin que nadie lo note, como cuando el poder de Dios sostuvo a Jesús en el Getsemaní. Quizá no suceda nada dramático de repente, pero eso no significa que Dios no esté obrando en favor de nosotros. Vuelve a leer Juan 14:1 al 14. Mientras lees, imagina que Jesús te está hablando directamente, cara a cara. ¿Qué esperanza y ánimo puedes obtener de estas promesas? Al mismo tiempo, pregúntate: “¿Qué cosas de mi vida podrían obstaculizar el cumplimiento de estas promesas en mí? ¿Qué cambios debo proponerme hacer en mi corazón?”

Matutina para Adultos

Nuestro maravilloso Dios 
 lunes, 15 ago. 2022 
 Como vivió, así murió 

 «Jesús, clamando a gran voz, dijo: "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Habiendo dicho esto, expiro». Lucas 23:46 

  NUESTRO TEXTO PARA HOY nos recuerda las últimas palabras que nuestro Señor pronunció desde la cruz, momentos antes de expirar su último aliento. También nos recuerdan la solemne verdad de que, así como él vivió, también murió. Es decir, con absoluta dependencia de la voluntad del Padre.

«Mi comida es que haga la voluntad del que me envió y que acabe su obra», dijo Jesús a sus discípulos, después de haber presentado el plan de salvación a la mujer samaritana. Y después de haber sanado al paralítico de Betesda: «No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre» (5: 19).

Durante toda su vida, nuestro Señor dependió de su Padre para cumplir la misión que lo trajo a este mundo. ¿Deberíamos, entonces, sorprendernos de que también se colocara en las manos de su Padre en sus momentos de agonía? Elena G. White expresa bien esta realidad cuando escribe que «tan completamente había anonadado Cristo al yo, que no hacía planes por sí mismo. Aceptaba los planes de Dios para él, y día tras día el Padre se los revelaba» (El Deseado de todas las gentes, cap. 21, p. 184).

¡Qué pensamiento tan solemne! El Creador de los cielos y la tierra, en quien «habita corporalmente toda la plenitud de la divinidad» (Col. 2:9), se somete a la voluntad del Padre tanto en la vida como en la muerte.

¿Alguna lección para nosotros? La última parte de la cita de arriba, de El Deseado de todas las gentes, nos da la respuesta. Ahí dice que Cristo «aceptaba los planes de Dios para él, y día tras día el Padre se los revelaba». Pues así como día a día Jesús aceptaba los planes que Dios trazaba para él, ¿no debería también nuestra vida ser el simple desarrollo de la voluntad del Padre celestial? Y si cada día nuestra vida se desarrolla de acuerdo al plan de Dios, ¿habrían de ser diferentes las cosas cuando nos llegue el momento de partir de este mundo?

Se cuenta que cuando a John Knox, el célebre reformador escocés, le llegó la hora de su muerte, le pidió a su esposa que le leyera el pasaje bíblico donde por primera vez él había echado su ancla. Ella sabía perfectamente cuál era ese pasaje: «Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado» (Juan 17:3). Como vivió Knox, así murió: con la plena seguridad de que quien había estado con él en su vida, también estaría con él en su muerte.

Padre celestial, te pido que cada día tu voluntad se cumpla en mí. Y cuando mi peregrinaje en este mundo llegue a su fin, te pido que estés tan cerca de mí como estás hoy.

sábado, 13 de agosto de 2022

Lección 8: Para el 20 de agosto de 2022 VIENDO AL INVISIBLE

Lección 8: Para el 20 de agosto de 2022 VIENDO AL INVISIBLE Sábado 13 de agosto LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Romanos 8:28-39; Juan 14:1-14; Efesios 1:18-23; Isaías 40:27-31. PARA MEMORIZAR: “Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible” (Heb. 11:27). La definición de fe en el libro de Hebreos siempre es un desafío. “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Heb. 11:1). ¿Cómo podemos estar convencidos de lo que no vemos? Con todo, esto es exactamente lo que ilustra Moisés en nuestro versículo para memorizar: “Se sostuvo como viendo al Invisible” (Heb. 11:27). Es aún más provocador comprender que somos llamados a ver “al Invisible” no solo cuando los tiempos son buenos, sino especialmente cuando todo va mal. Para ello necesitamos fe, una fe semejante a la de Cristo, moldeada por la verdad acerca de Dios y el Reino de Dios. La verdad sobre la bondad de nuestro Padre, el poder del nombre de Jesús, el poder de la resurrección y la compasión de Dios son verdades esenciales que nos permitirán mantenernos firmes cuando estemos en el crisol y podamos sentir la tentación de dudar de todo. Un vistazo a la semana: ¿Qué verdades acerca de Dios pueden ayudarnos a sostenernos aun en las peores situaciones?

Matutina para Adultos

Nuestro maravilloso Dios 
 sábado, 13 ago. 2022 
 ¿Un reavivamiento o un tumulto? 

 «Esos que están trastornando el mundo entero, ya han llegado acá». Hechos 17:6, RVC 

  LER NUESTRO TEXTO DE HOY, de Hechos 17, es casi como leer un titular de prensa en pleno siglo XXI: «Provenientes de Filipos, los alborotadores llegan a Tesalónica».

Los alborotadores son Pablo y Silas. Durante tres sábados habían asistido a la sinagoga y habían declarado, por medio de las Escrituras, «que era necesario que el Cristo padeciera y resucitara de los muertos»; y que Jesús era el Cristo (vers. 3). Uno no esperaría que la predicación de este mensaje fuera causa de problemas tan serios, pero el resultado fue una revuelta (vers. 6-9).

¿Por qué la predicación del evangelio causó un tumulto en Tesalónica? El relato de la Escritura nos dice que cuando Pablo predicó al Cristo crucificado y resucitado algunos de los que escucharon «creyeron (...); asimismo un gran número de griegos piadosos, y mujeres nobles no pocas» (vers. 4). En otras palabras, la predicación del nombre de Jesucristo alteró el estado de cosas en esa ciudad, y eso es algo que los enemigos de la cruz no podían permitir.

Ahora la pregunta importante: ¿Podían las cosas haber sido diferentes? Es decir, ¿podían Pablo y Silas predicar que Jesús murió y resucitó sin que nada pasara? ¿Podían predicar que Jesús es el Cristo, y además el Rey, sin que nada sucediera? La respuesta es un rotundo no, por la sencilla razón de que cada vez que el nombre de Cristo es predicado con el poder del Espíritu Santo algo sucede. Como bien lo dice H. S. M. Richards, cuando predicamos a Jesucristo, «o habrá un reavivamiento o un tumulto».* Esta realidad, dice Richards, la ilustra un relato de los días de Charles Spurgeon. Se dice que en una ocasión, cuando uno de sus alumnos regresaba de predicar, le preguntó:

— ¿Cómo te fue? -Maravillosamente —respondió el joven.

-¿Se produjo algún reavivamiento?

No, pero tuvimos una reunión maravillosa.

-¿Se enojó alguien?

—Tampoco.

—En ese caso le dijo Spurgeon— fracasaste. Si no hubo un reavivamiento, ni nadie se enojó, entonces nada sucedió. **

Ya se trate de Elías «el alborotador» (ver 1 Rey. 18:17), o de Pablo «el trastornador», algo pasa cuando la Palabra de Dios llega a una ciudad o a la vida de una persona. El resultado es, o un reavivamiento, o un tumulto. Por cierto, ¿qué ha producido el evangelio de Cristo en tu vida?

Padre celestial, hoy oro para que el evangelio de Cristo produzca en mi vida, no una simple mejora, sino una total transformación.

*H. S. M. Richards, Apacienta mis ovejas, APLA, 2008, pp. 170. **Ibíd., 171.

viernes, 12 de agosto de 2022

Matutina para Adultos

Nuestro maravilloso Dios 
 viernes, 12 ago. 2022 
 ¡Lo que hace Dios! 

 «Que nadie te menosprecie por ser joven". 1 Timoteo 4: 12, NVI 

  JOHN DESEABA SER UN PREDICADOR del evangelio, pero estaba enfermo de malaria. Entonces hizo un pacto con Dios: si Dios lo sanaba, dedicaría su vida a predicar la Palabra. Al día siguiente, nos cuenta Norma J. Collins, la fiebre desapareció.

Ahora le tocaba a John cumplir su parte del pacto. Pero, ¿cómo lo haría, sin dinero ni ropa? Cuando John se sintió fuerte como para trabajar, cortó leña para un vecino. Así se ganó su primer dólar. Al enterarse de que John quería predicar la Palabra, este mismo vecino le regaló ropa presentable. Pero era muy grande. Entonces John la recortó a su medida.

John ya estaba listo para predicar. Fue entonces cuando Caleb Broughton, un amigo de la familia, lo visitó para preguntarle qué planes tenía para el invierno. Cuando el Sr. Broughton supo que John quería ir a Rochester para predicar, una amplia sonrisa se dibujó en su rostro.

-John - le dijo el Sr. Broughton—, un día fui a visitar a tu padre cuando tenías solo dos años. Tú jugabas con unos bloques de madera mientras tu padre hablaba de los sueños que él tenía para tus hermanos. Entonces le pregunté qué esperaba de ti. Me dijo: «Este muchachito va a hacer sonar la trompeta del evangelio».

Dicho esto, le entregó tres dólares a John, «para cubrir sus gastos».

El 2 de enero de 1849, en una iglesia bautista de Kendall Corners, Nueva York, John predicaba su primer sermón. Durante dos noches, el predicador de 17 años, vestido «con ropas cómicas», predicó con poder, citando siempre la Biblia como su fuente de información. El impacto fue tal, que el pastor de la iglesia decidió dar por terminadas las conferencias, alegando que el local se iba a usar en las noches siguientes para clases de canto. La gente no le creyó. Entonces uno de los asistentes ofreció la sede de la escuela para que las charlas continuaran, y así ocurrió durante las cinco noches siguientes.

Al día siguiente, uno de los ministros locales desafió a John. El desafío consistía en que podía mostrar por la Biblia que los muertos van directamente al cielo, y que podía leerlo en Apocalipsis 25.

-Solo hay 22 capítulos en el Apocalipsis - le respondió John, respetuosamente. Su texto está tres capítulos «fuera» de la Biblia.

Nerviosamente, el hombre buscó el texto en la Biblia. Al no poder encontrarlo, dijo que tenía una cita, y «se perdió del mapa».*

El joven de nuestro relato es John Loughborough, poderoso predicador y cronista de los comienzos de nuestra iglesia. Su experiencia nos recuerda que nadie debe menospreciarte porque eres joven; y nos muestra todo lo bueno que puede suceder cuando jóvenes y adultos nos consagramos completamente a Dios.

Capacítame, Señor, para entender tu Palabra, y para compartirla con quienes no te conocen.

*Norma J. Collins, Heartwarming Stories of Adventist Pioneers, t. 2, Review and Herald, 2007, pp. 152-161.

Viernes 12 de agosto PARA ESTUDIAR Y MEDITAR

Viernes 12 de agosto PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee Elena de White, La educación, “La escuela del más allá”, pp. 301-309; El ministerio de curación, “La disciplina de las pruebas”, pp. 373-375. “A todos nos tocan a veces momentos de intensa desilusión y profundo desaliento, días en que nos embarga la tristeza y es difícil creer que Dios sigue siendo el bondadoso benefactor de sus hijos terrenales; días en que las dificultades acosan al alma, en que la muerte parece preferible a la vida. Entonces es cuando muchos pierden su confianza en Dios y caen en la esclavitud de la duda y la servidumbre de la incredulidad. Si en tales momentos pudiésemos discernir con percepción espiritual el significado de las providencias de Dios, veríamos ángeles que procuran salvarnos de nosotros mismos y luchan para asentar nuestros pies en un fundamento más firme que las colinas eternas; y nuestro ser se compenetraría de una nueva fe y una nueva vida” (PR 119). PREGUNTAS PARA DIALOGAR: 1. Elena de White dice que “todos” experimentamos momentos de “intensa desilusión y profundo desaliento”. ¿Hasta qué punto lo percibimos en los demás cuando atraviesan esos momentos? ¿Cómo podemos aprender a ser mejores agentes de esperanza entre nosotros cuando experimentamos decepciones tan amargas? 2. Como clase, repasen las respuestas a la pregunta final del martes. ¿Qué diferencia notaron en su vida al tener siempre presente la realidad de la cercanía de Dios? 3. En clase, lean en voz alta los capítulos de Job 38 al 41. ¿Qué imagen de Dios presentan? ¿Qué aprendieron que les dé esperanza y aliento? ¿Cómo encaja el sábado en este cuadro? ¿Cómo nos ayuda tener siempre presente la naturaleza y el carácter de Dios? 4. La esperanza que transforma viene del Cielo. Esto significa que podemos orar para que la esperanza se sume a la vida de los demás. Dediquen un momento a orar por aquellos cuya esperanza ha estado flaqueando recientemente, a fin de que su esperanza se renueve. Es más, ¿qué pueden hacer por otros que dan por perdida la batalla por encontrar esperanza? 5. Si hay alguien dispuesto, pídele que relate alguna ocasión en que la desesperación y las pruebas le hicieron perder la fe y la esperanza. ¿Qué produjo el giro en esa persona? ¿Qué podemos compartir unos con otros para ayudarnos cuando estamos en momentos de duda y desesperación?

Lección 11 | Domingo 4 de septiembre EL DIOS DE LA PACIENCIA

Lección 11  | Domingo 4 de septiembre EL DIOS DE LA PACIENCIA Lee Romanos 15:4 y 5. ¿Qué encontramos en estos versículos? Normalmente nos im...