sábado, 30 abr. 2022
El tesoro
«Donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón». Mateo 6:21
EN UNA O DOS PALABRAS, ¿cuál es tu mayor tesoro? La pregunta es importante porque lo que uno más ama es su tesoro; y porque, como dijo Jesús en el Sermón del Monte, dondequiera que se encuentre ese tesoro, ahí estará también nuestro corazón.
¿En qué consiste «el tesoro»? El Comentario bíblico adventista lo expresa bien cuando afirma que «tesoro es todo aquello a lo cual se aferra una persona, independientemente de su valor intrinseco».* Dicho de otra manera, tu tesoro es todo aquello alrededor de lo cual ordenas tu vida.
De nuevo, ¿cuál es tu mayor tesoro?
Esta era la pregunta que Bob Buford no podía sacar de su mente. Él ya era un exitoso ejecutivo en el mundo de la televisión por cable, pero ahora estaba en una encrucijada: ¿Se conformaría con ser un empresario de éxito o se esforzaría por vivir una vida significativa? Para ayudarlo a aclarar sus objetivos, Bob contrató a Mike Kami, un especialista en planificación estratégica.
Durante unas dos horas, Mike escuchó a Bob hablar de sus objetivos en la vida. Básicamente, destacaban dos: sus negocios y su deseo de servir a Cristo. Entonces Mike dibujó una caja. Explicó que en la vida de cada individuo hay un valor supremo, y que le toca a cada quien decidir qué valor colocar en la caja. Entonces Mike lo confrontó. Bob debía decidir cuál sería ese valor: o el dinero, o Cristo. Mientras no decidiera, Mike no podría ayudarlo a diseñar un plan estratégico para su vida, pues siempre estaría oscilando entre estos dos valores.
Los minutos que siguieron parecieron horas, pero Bob tomó su decisión. -Si se trata de escoger entre uno o el otro, en mi caja colocaré a Cristo-dijo.
Cuenta Bob que su decisión no significó el abandono de sus negocios. Lo que significó fue que ordenó su vida dando a Cristo el lugar supremo. ¿Cuál fue el resultado? Él dice que cuando dio al Señor Jesús el primer lugar, el poder y la gracia de Dios «rompieron las paredes de la caja» e invadieron cada espacio de su vida, dando como resultado algo así como una serie de contradicciones: cuando empezó a dar, recibió; en sus debilidades, llegó a ser fuerte; y al morir, nació a una nueva vida. **
¡Vaya pensamiento! Cuando haces de Cristo tu mayor tesoro, «su poder y su gracia invaden cada espacio de tu vida», y el resultado es que llegas a ser una nueva criatura: en otras palabras: «¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!» (2 Cor. 5: 17, NVI).
Amado Jesús, invade con tu poder cada espacio de mi vida. Rompe los viejos esquemas que me impiden entregarte mi voluntad y ocupa para siempre el lugar de honor en mi corazón.
*Comentario bíblico adventista, t. 5, p. 340.
** Bob Buford, Halftime, Zondervan, 1994, pp. 65-66.
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