TEOLOGÍA ADVENTISTA
Cuando hablamos de teología Adventistas, estamos hablando de una teología del Lugar santísimo del Santuario (Apocalipsis 11:19; 14:6-12; Hebreos 8:1-2; 9:1-5), una teología que nos hace diferentes del catolicismo y el protestantismo apóstata.
Tanto nuestra teología como nuestra doxología provienen del lugar santísimo. En el lugar santísimo del santuario están contenidas todas las verdades y doctrinas del pueblo Adventista; tales como el sábado, la ley de Dios, la reforma prosalud, la justificación por la fe, el juicio, el estado de los muertos, la segunda venida, la naturaleza humana de Cristo, adoración sacra, la perfección de carácter y muchas más doctrinas que nos identifican como pueblo adventista.
Basados en esta verdad Elena White escribió. "La correcta comprensión del ministerio del santuario celestial es el fundamento de nuestra fe.—Carta 208, 1906. – {Ev 165.1}
Inclusive, la iglesia adventista en una iglesia netamente profética, nació en armonía a una profecía apocalíptica "Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado".(Daniel 8:14). Está profecía que inició con la reconstrucción del templo de Jerusalén en ano 457 AC, culminando el 22 de octubre de 1844 DC, evento que marcó el surgimiento de la iglesia adventistas como movimiento, exactamente 2,300 años en profecía apocalíptica, incluyendo las setenta semanas de (Daniel 9:24-27).
Esto significa que nuestro mensaje es peculiar y distintivo, no podemos estar predicando los mismos mensajes que predican las iglesias protestantes, esos mensajes tibios y livianos que no despiertan a nadie, por lo consiguiente, cualquier verdad de las Escrituras se debe conectar con la verdad presente y la teología del lugar santísimo, de lo contrario el mensaje quedará debilitado.
Elena White reconocía qué hay mensajes más importantes que otros, y dijo "Los predicadores deben presentar la segura palabra profética como fundamento de la fe de los adventistas del séptimo día. Deben estudiarse detenidamente las profecías de Daniel y del Apocalipsis, y en relación con ellas las palabras: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.” – {OE 154.1}
"El capítulo 24 de Mateo me ha sido presentado repetidas veces como algo a que debe ser atraída la atención de todos. Vivimos hoy en el tiempo en que las predicciones de este capítulo se están cumpliendo. Expliquen nuestros predicadores y maestros estas profecías a aquellos a quienes instruyen. Excluyan de sus discursos los asuntos de menor importancia, y presenten las verdades que decidirán el destino de las almas. – {OE 154.2}
"El tiempo en que vivimos exige constante vigilancia, y los ministros de Dios han de presentar la luz referente a la cuestión del sábado. Deben advertir a los habitantes del mundo de que Cristo volverá pronto con poder y grande gloria. El último mensaje de amonestación al mundo ha de hacer ver a los hombres la importancia que Dios concede a su ley. Tan claramente ha de ser presentada la verdad que ningún transgresor que la oiga tenga excusa por dejar de discernir la importancia de la obediencia a los mandamientos de Dios. – {OE 154.3}
Como vemos, como Adventistas hemos sido llamados para proclamar un mensaje especial al mundo, antes de que sea demasiado tarde, es hora de hacer la diferencia.
"Alcen la voz los centinelas ahora, y den el mensaje que es verdad presente para este tiempo. Mostremos a la gente dónde estamos en la historia profética".—Joyas de los Testimonios 2:323 (1889). – {EUD 17.3}
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