Pablo: Reavivado por una pasión
viernes, 24 dic. 2021
A la orden de Dios
“Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvaría; y por esa fe condenó al mundo y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe” (Hebreos 11:7).
D y D son una pareja de misioneros en uno de los lugares más desafiantes del mundo, donde nadie quiere ir, a menos que te sientas llamado por Dios. En ocasión de realizar una visita ministerial de apoyo, los visitantes sobrevolaron el Monte Ararat, de 5.137 metros de altura, y recordaron la historia de Noé. Él y su familia, ocho personas en total, estuvieron en ese mismo lugar como los únicos en toda la faz de la Tierra (Gén. 8:13).
La emoción embargó a D y D al recibir a los pastores. Ellos habían dejado todo, incluso a su familia no adventista. Antes de salir al campo misionero, la madre de D pidió a su hija que le enseñara a orar, así podría pedir a Dios por ellos. Así como Noé, D y D escucharon y obedecieron.
Noé había invertido todo en la construcción del arca. Pasado el diluvio, Dios lo hizo dueño de todo. Lo primero que hizo Noé al salir del arca fue edificar un altar para adorar a Dios. La gratitud se apoderó de sus corazones porque Dios recomenzó la historia humana con la familia que preservó nuestra raza, porque confiaron y actuaron en consecuencia.
“En esto había una lección para las futuras generaciones. Noé había tornado a una Tierra desolada; pero antes de preparar una casa para sí construyó un altar para Dios. Su ganado era poco, y había sido conservado con gran esfuerzo. No obstante, con alegría dio una parte al Señor, en reconocimiento de que todo era de él” (Elena de White, Patriarcas y profetas, p. 96).
Según Dave Kraft, una investigación de la publicación USA Today descubrió que si la mayoría de las personas le pudieran hacer una pregunta a Dios sería esta: “¿Cuál es mi propósito en la vida?” Noé lo supo muy bien: obedecer a Dios. La fe de Noé influyó en su mente y escuchó la advertencia de Dios. Su corazón fue movido a temer, a confiar y a hacer su voluntad, aunque parecía ridículo construir un arca sin antecedentes de lluvia.
La fe de Noé influyó en toda su familia, y todos fueron salvos. Su fe también condenó a todo el mundo, porque puso en evidencia la incredulidad de ellos al rechazar su mensaje y desperdiciar la oportunidad que Dios les concedió con 120 años de predicación.
Noé significa “consuelo” y “consolación”. Él fue consolado para consolar. El descubrió y cumplió un propósito para la vida. ¿Lo descubriste tú?
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