"Cuando el poder de Dios testifica en cuanto a lo que es verdad, esa verdad debe mantenerse para siempre como la verdad. No se debe dar cabida a ninguna suposición posterior contraria a la luz que Dios ha dado. Se levantarán hombres con interpretaciones de las Escrituras que son verdad para ellos, pero que no son la verdad. La verdad para este tiempo nos ha sido dada por Dios como un fundamento para nuestra fe. Él mismo nos ha enseñado lo que es verdad. Se levantará uno, y después otro, con una nueva luz que contradiga la luz que Dios ha dado mediante la demostración de su Espíritu Santo. Todavía están vivos unos pocos de los que pasaron por la experiencia que logramos al establecer esta verdad. Dios ha preservado bondadosamente sus vidas para que repitan y repitan hasta el fin de sus días la experiencia por la cual pasaron, así como lo hizo el apóstol Juan hasta el fin de su vida. Y los portaestandartes que han fallecido hablarán mediante la reimpresión de sus escritos. Se me ha instruido en el sentido de que así se han de oír sus voces. Han de dar testimonio de lo que constituye la verdad para este tiempo.
"No debemos recibir las palabras de los que vienen con un mensaje que contradice los puntos especiales de nuestra fe. Reúnen una cantidad de versículos y los amontonan como pruebas en torno de las teorías que sostienen. Eso se ha hecho vez tras vez durante los últimos 50 años. Y al mismo tiempo que las Escrituras son la Palabra de Dios y deben ser respetadas, constituye un gran error su aplicación si ésta mueve un pilar del fundamento que Dios ha sostenido durante estos 50 años. El que hace tal aplicación no conoce la maravillosa demostración del Espíritu Santo que dio poder y fuerza a los mensajes del pasado que recibió el pueblo de Dios. CES 16.1 - CES 16.3
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