Cuando Isaías dijo “A la ley y el testimonio” NO se refería solo a los Diez Mandamientos. Se refería a los escritos de Moises, que sería la (Torah), y los Testimonios que eran los profetas (Neviim). Esta era la Biblia que existía en los tiempos de Isaías.
Más tarde fueron añadidos los Escritos, o sea los Salmos y los libros poéticos (Ketuvim). Estas tres fracciones en las que se dividía la Biblia hebrea Jesús las mencionó (Lucas 24:44). En otras palabras Isaías está diciendo “Si alguien no habla de acuerdo a lo que dijo Moises y los profetas, aún no lo ha amanecido” (Isaías 8:20).
Es importante aclarar este punto, ya que muchos usan este pasaje de Isaías 8:20 para enfatizar los Diez Mandamientos, y es correcto aplicarlo. Pero el contexto de Isaías era otro. La mejor manera de probar a los encantadores y adivinos es con “La ley y los Testimonios” o sea con las Escrituras de Moises y los profetas (Isaías 8:16-19), y en efecto en la ley de Moises está escrito lo detestable que es para Dios los encantadores y adivinos (Levitico 19:31; Deuteronomio 18:10-14), esta práctica era digna de muerte (Levitico 20:6)
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