Nuestro maravilloso Dios
martes, 08 feb. 2022
¡Anímate!
«Todos los días del desdichado son difíciles, pero el de corazón alegre tiene un banquete continuo». Proverbios 15:15
¿SABES LO QUE SIGNIFICA LA PALABRA «OXÍMORON»? Básicamente, significa usar dos términos aparentemente contradictorios para dar lugar a un nuevo sentido: un silencio atronador, una tensa calma, un instante eterno.
He aquí un ejemplo más: un cristiano triste. ¿No es esta una contradicción de términos? No me refiero al hecho de que en ocasiones podamos estar tristes. Quiero decir, más bien, que no se espera que el cristiano pase por este mundo mirando solo el lado negativo y triste de la vida. Elena G. White expresa bien esta realidad cuando escribe que «los cristianos deberían ser los seres vivientes más alegres y felices. Pueden tener la conciencia de que Dios es su Padre y su amigo eterno» (Mensajes para los jóvenes, cap. 124, p. 258).
¡Así es! ¿Puede vivir bajo una nube negra quien tiene a Dios por Padre y a Cristo como amigo y Salvador? ¡Imposible! ¿Por qué, entonces, esparcimos tanta tristeza a nuestro alrededor? ¿Por qué con tanta frecuencia miramos el lado negativo de las cosas y nos quejamos de todo y por todo? ¿No podríamos, por ejemplo, mirar más a menudo el lado bueno de las cosas, reír un poco más y esparcir más alegría a nuestro alrededor?
Esto último me recuerda un relato que cuenta Allen Klein acerca de un hombre que siempre se quejaba por todo. Cuando la esposa le traía jugo de naranja, él decía que lo quería de uvas. Cuando le servía pan con mantequilla, él lo quería con mermelada. Cuando le servía huevos fritos, él los quería hervidos.
Dice Klein que, cansada de la actitud del esposo, un día la señora tuvo una brillante idea: decidió freír un huevo y hervir el otro. Así el hombre no tendría escapatoria. Le sirvió, pues, los huevos, y esperó. El hombre miró el plato durante unos segundos, y luego gruñó:
-Mujer, ¡freíste el huevo equivocado!*
El punto está claro: ¿Por qué mirar siempre el lado negativo de las cosas?
«Todos los días del desdichado son difíciles —dice el sabio, pero el de corazón alegre tiene un banquete continuo» (Prov. 15: 15). ¿Cómo disfrutar de ese banquete que Dios nos ofrece en este nuevo día? En primer lugar, recordemos que en el cielo hay un Padre que nos ama más de lo que jamás podremos imaginar. En segundo lugar, mostremos al mundo todo lo bueno que puede suceder cuando Cristo el Señor mora en el corazón.
Así que, si estás triste, ¡anímate! Y si estás alegre, asegúrate de esparcir esa alegría a tu alrededor. ¡Eso también es cristianismo!
Amado Dios, gracias porque eres mi Padre celestial; y gracias porque he encontrado en Cristo a un maravilloso amigo y Salvador.
*Allen Klein, The Healing Power of Humor, Jeremy P. Tarcher/Putnam, 1989, p. 78.
No hay comentarios:
Publicar un comentario