MARTIN LUTERO Y LA DOCTRINA DE LA INMORTALIDAD DEL ALMA
La teoría de la inmortalidad del alma fue una de aquellas falsas doctrinas que Roma recibió del paganismo para incorporarla en el cristianismo.
Martín Lutero la clasificó entre “las fábulas monstruosas que forman parte del estercolero romano” de las decretales. E. Petavel, Le probleme de l’immortalité 2:77.
Comentando las palabras de Salomón, en el Eclesiastés, de que los muertos no saben nada, el reformador dice:
“Otra prueba de que los muertos son [...] insensibles [...]. Salomón piensa que los muertos están dormidos y no sienten absolutamente nada. Pues los muertos descansan, sin contar ni los días ni los años; pero cuando se despierten les parecerá como si apenas hubiesen dormido un momento”. Lutero, Exposition of Solomons Book Called Ecclesiastes, 152
El alumno Luterano Dr. T. A. Kantonen (The Christian Hope, 1594, p. 37), resume la posición de Lutero sobre la muerte en estas palabras:
“Lutero, con gran énfasis en la resurrección, prefirió concentrarse en la metáfora bíblica del dormir. Porque así como uno que se duerme e inesperadamente le amanece cuando despierta, sin saber lo que le ha pasado, del mismo modo repentinamente resucitaremos en el último día sin saber como morimos y atravesamos la muerte. Dormiremos, hasta que Él venga y toque en la tumba y diga: “Doctor Martin, levantase”, entonces resucitaré en un momento y estaré con Él para siempre.”
Martin Lutero tenía razón al respecto. La muerte es cómo un sueño. Jesús se refirió al estado de los muertos como un sueño (Juan 11:11-14).
No hay tal cosa como el alma inmortal. La Biblia enseña claramente que los muertos no van inmediatamente al cielo. Se les representa como si estuvieran durmiendo hasta el día de la resurrección. (1Tesalonicenses 4:14; Job 14:10-12.)
“Así el hombre yace y no vuelve a levantarse hasta que no haya cielo, no despertarán" (Job 14:12).
“El día del Señor vendrá... en el cual los cielos pasarán". (2 Pedro 3:10).
No hay comentarios:
Publicar un comentario