Jesús mismo se colocó al lado de los tres hebreos en el horno ardiente, y acompañará a sus fieles seguidores donde quiere que estén.
¡Qué lección se da aquí a los medrosos, los vacilantes, los cobardes en la causa de Dios! ¡Qué ánimo para los que no se dejan desviar del deber por las amenazas o el peligro! Estos caracteres fieles y perseverantes ejemplifican la santificación, aunque no pretenden reclamar este alto honor. La cantidad de bien que puede realizarse por medio de los cristianos comparativamente oscuros pero devotos, no puede estimarse hasta que los registros de la vida sean publicados, cuando el Juez se siente y los libros se abran.
Como en los días de Sadrac, Mesac y Abed-nego, en el período final de la historia de esta tierra, el Señor obrará poderosamente en favor de aquellos que se mantengan firmemente en lo recto. El que anduvo con los notables hebreos en el horno de fuego acompañará a sus seguidores dondequiera que estén... Sus escogidos permanecerán inconmovibles.—La Historia de Profetas y Reyes, 376. RJ 80.6
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