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lunes, 2 de agosto de 2021

Reavivados por su Palabra 02/08/2021

{HECHOS - 7.}—{REAVIVADOS POR LA PALABRA DE DIOS.}—{Lunes, 2 de agosto, 2021.}—   En el capítulo anterior, siendo acusado Esteban de blasfemia, se le permite responder por la acusación hecha en su contra, y como defensa de la supuesta acusación de blasfemia. Siendo acusado de blasfemar contra Yahweh, contra el templo y contra la Ley de Moisés, el diácono Esteban empieza su defensa contando la historia de Israel desde Abraham, hasta llegar a Canaán. Esteban demuestra que Abrahán adoró a Dios correctamente, y de como Dios escogió a los patriarcas antes de que naciera Moisés y antes que el tabernáculo y el templo fuesen construidos [v.1-16].
   ◇◇◇   [v.17-29] Esteban continúa con la experiencia en Egipto, la esclavitud del pueblo y su postrera liberación por mano de Moisés. Fue a Moisés a quien se le ordenó construir un santuario, cuyo modelo original está en el cielo. Fue a Moisés a quien se le dijo que escribiera la Ley ceremonial o ritual, que estatuía los sacrificios de los corderos, hasta que viniera el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. El santuario hecho en el desierto continuó oficiando hasta que el templo de Jerusalén fue construido, y luego el templo continuó con sus sacrificios y sus ordenamientos hasta que viniera Cristo y muriera como Cordero. Esto lo dijo Dios y no Esteban. Pero los sacerdotes no entendieron la Escritura. ¿Lo entenderemos nosotros?
   ◇◇◇   A Moisés se le apareció Jesús en la zarza ardiente, con apariencia de Ángel, pues Él es el Ángel de Jehová. Y la Escritura lo llama Jehová y también Dios. Era el mismo Jesucristo quién iba a liberar a Israel de la esclavitud de Egipto, por mano de Moisés. En este nuestro tiempo, es el mismo Cristo quien tiene el poder para liberarnos de la esclavitud del pecado, pues el que hace pecado es esclavo del pecado. Así es que muchos en este tiempo no son libres. ¿Queremos ser liberados de esta terrible esclavitud?
   ◇◇◇   Esteban sabía que Moisés testificó de Cristo, y que todas las ceremonias externas dadas a Israel por medio de Moisés para el templo terrenal, fueron ordenadas de acuerdo con el modelo del templo celestial. Esteban entendía que había un templo en el cielo, y que el que fue construido en Jerusalén, lo fue para enseñar del Mesías que había de venir y su ministerio, es decir, el de Cristo, y también Esteban entendía que los ritos del templo terrenal en Jerusalén debían realizarse solo por un poco de tiempo.
   ◇◇◇   [v.30-37] Tanto Esteban como el apóstol Pedro (ver Hech.3:22) se refieren a la profecía de Deut.18:15-18 donde Yahweh promete que vendrá un profeta como Moisés, y Pedro y Esteban entienden que esa profecía se ha cumplido en Jesús. Al Cristo debían oír. A él debemos oír nosotros. ¿Lo hacemos hoy? Israel no quiso oír a Jesucristo y se extravió completamente.
   ◇◇◇   [v.38-44] En el tiempo de Moisés, los príncipes, gobernantes y la multitud del pueblo, no quisieron oír la voz del Ángel que los guiaba que era Jesús, y que los quería introducir en la tierra prometida. Y en sus corazones idólatras se volvieron a Egipto cuando adoraron al becerro de oro.
   ◇◇◇   La argumentación de Esteban equivale a decir que el santuario que está en el cielo es lo más importante y central, pues allí iba a ministrar Cristo después de su resurrección y ascensión. Y por eso destaca la naturaleza pasajera del tabernáculo terrenal como la sede central de la adoración a Dios mientras aparecía el Mesías. Esto tampoco lo entendieron en el pasado. ¿Lo podremos entender nosotros hoy? ¿Qué está ocurriendo en el templo del cielo ahora? ¿Lo sabes? ¿Qué tiene que ver contigo y con tu salvación lo que pasa allí en el cielo?
   ◇◇◇   Esteban reprende la rebelión de Israel en todos los siglos, y el haber dado muerte a Cristo, “el Justo”, de quien los profetas predijeron que vendría al mundo.
   ◇◇◇   [v.51-54] Ni el mundo antiguo ni el de hoy quieren aceptar y recibir a Jesucristo. Y por anunciar a Jesús, el Mesías venidero y su justicia, fue que mataron a los profetas de la antigüedad. Por enseñar de Cristo, mataron al diácono Esteban, un varón lleno del poder del Espíritu Santo. Esteban, siendo apedreado, encomienda su espíritu a Jesús, y ora por sus enemigos, mostrando de esta manera que era un hombre verdaderamente convertido, lleno del Espíritu Santo y con un carácter como el de Jesús. Pero ellos no lo pudieron ver.
   ◇◇◇   Pero un joven llamado Saulo de Tarso fue impresionado por el carácter valiente y puro de este héroe de la fe. ¿Tú puedes ver el valor de la fidelidad a Yahweh?
   ◇◇◇   Al matar a un hombre justo que predicaba a Jesús, que hacía el bien, que tenía un carácter como el de Cristo, y que enseñaba de la salvación, lo trataron como trataron a su Maestro. En nuestro tiempo se repetirá la misma historia. Le quitaron la vida pero no le pudieron quitar la salvación en Jesús. Por tanto, se levantará Esteban en el día postrero, en la resurrección de los justos, para recibir su corona de gloria. Y verá cuántas personas se salvaron por su predicación y por su testimonio de valentía e integridad.
   ◇◇◇   Se requieren hoy, hombres y mujeres valientes que se pongan de parte de la verdad, aunque se desplomen los cielos. ¿Eres tú uno de estos hombres y mujeres?
   ◇◇◇   SIGUE LEYENDO...

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[HECHOS - 7] _ [Versión: RV1960].
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[DEFENSA Y MUERTE DE ESTEBAN.]
        (1)  El sumo sacerdote dijo entonces: ¿Es esto así?
        (2)  Y él dijo: Varones hermanos y padres, oíd: El Dios de la gloria apareció a nuestro padre Abraham, estando en Mesopotamia, antes que morase en Harán,
        (3)  y le dijo: Sal de tu tierra y de tu parentela, y ven a la tierra que yo te mostraré.
        (4)  Entonces salió de la tierra de los caldeos y habitó en Harán; y de allí, muerto su padre, Dios le trasladó a esta tierra, en la cual vosotros habitáis ahora.
        (5)  Y no le dio herencia en ella, ni aun para asentar un pie; pero le prometió que se la daría en posesión, y a su descendencia después de él, cuando él aún no tenía hijo.
        (6)  Y le dijo Dios así: Que su descendencia sería extranjera en tierra ajena, y que los reducirían a servidumbre y los maltratarían, por cuatrocientos años.
        (7)  Mas yo juzgaré, dijo Dios, a la nación de la cual serán siervos; y después de esto saldrán y me servirán en este lugar.

        (8)  Y le dio el pacto de la circuncisión; y así Abraham engendró a Isaac, y le circuncidó al octavo día; e Isaac a Jacob, y Jacob a los doce patriarcas.
        (9)  Los patriarcas, movidos por envidia, vendieron a José para Egipto; pero Dios estaba con él,
        (10)  y le libró de todas sus tribulaciones, y le dio gracia y sabiduría delante de Faraón rey de Egipto, el cual lo puso por gobernador sobre Egipto y sobre toda su casa.
        (11)  Vino entonces hambre en toda la tierra de Egipto y de Canaán, y grande tribulación; y nuestros padres no hallaban alimentos.
        (12)  Cuando oyó Jacob que había trigo en Egipto, envió a nuestros padres la primera vez.
        (13)  Y en la segunda, José se dio a conocer a sus hermanos, y fue manifestado a Faraón el linaje de José.
        (14)  Y enviando José, hizo venir a su padre Jacob, y a toda su parentela, en número de setenta y cinco personas.
        (15)  Así descendió Jacob a Egipto, donde murió él, y también nuestros padres;
        (16)  los cuales fueron trasladados a Siquem, y puestos en el sepulcro que a precio de dinero compró Abraham de los hijos de Hamor en Siquem.

        (17)  Pero cuando se acercaba el tiempo de la promesa, que Dios había jurado a Abraham, el pueblo creció y se multiplicó en Egipto,
        (18)  hasta que se levantó en Egipto otro rey que no conocía a José.
        (19)  Este rey, usando de astucia con nuestro pueblo, maltrató a nuestros padres, a fin de que expusiesen a la muerte a sus niños, para que no se propagasen.
        (20)  En aquel mismo tiempo nació Moisés, y fue agradable a Dios; y fue criado tres meses en casa de su padre.
        (21)  Pero siendo expuesto a la muerte, la hija de Faraón le recogió y le crió como a hijo suyo.
        (22)  Y fue enseñado Moisés en toda la sabiduría de los egipcios; y era poderoso en sus palabras y obras.
        (23)  Cuando hubo cumplido la edad de cuarenta años, le vino al corazón el visitar a sus hermanos, los hijos de Israel.
        (24)  Y al ver a uno que era maltratado, lo defendió, e hiriendo al egipcio, vengó al oprimido.
        (25)  Pero él pensaba que sus hermanos comprendían que Dios les daría libertad por mano suya; mas ellos no lo habían entendido así.
        (26)  Y al día siguiente, se presentó a unos de ellos que reñían, y los ponía en paz, diciendo: Varones, hermanos sois, ¿por qué os maltratáis el uno al otro?
        (27)  Entonces el que maltrataba a su prójimo le rechazó, diciendo: ¿Quién te ha puesto por gobernante y juez sobre nosotros?
        (28)  ¿Quieres tú matarme, como mataste ayer al egipcio?
        (29)  Al oír esta palabra, Moisés huyó, y vivió como extranjero en tierra de Madián, donde engendró dos hijos.

        (30)  Pasados cuarenta años, un ángel se le apareció en el desierto del monte Sinaí, en la llama de fuego de una zarza.
        (31)  Entonces Moisés, mirando, se maravilló de la visión; y acercándose para observar, vino a él la voz del Señor:
        (32)  Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob. Y Moisés, temblando, no se atrevía a mirar.
        (33)  Y le dijo el Señor: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar en que estás es tierra santa.
        (34)  Ciertamente he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su gemido, y he descendido para librarlos. Ahora, pues, ven, te enviaré a Egipto.

        (35)  A este Moisés, a quien habían rechazado, diciendo: ¿Quién te ha puesto por gobernante y juez?, a éste lo envió Dios como gobernante y libertador por mano del ángel que se le apareció en la zarza.
        (36)  Este los sacó, habiendo hecho prodigios y señales en tierra de Egipto, y en el Mar Rojo, y en el desierto por cuarenta años.
        (37)  Este Moisés es el que dijo a los hijos de Israel: Profeta os levantará el Señor vuestro Dios de entre vuestros hermanos, como a mí; a él oiréis.
        (38)  Este es aquel Moisés que estuvo en la congregación en el desierto con el ángel que le hablaba en el monte Sinaí, y con nuestros padres, y que recibió palabras de vida que darnos;
        (39)  al cual nuestros padres no quisieron obedecer, sino que le desecharon, y en sus corazones se volvieron a Egipto,
        (40)  cuando dijeron a Aarón: Haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido.
        (41)  Entonces hicieron un becerro, y ofrecieron sacrificio al ídolo, y en las obras de sus manos se regocijaron.
        (42)  Y Dios se apartó, y los entregó a que rindiesen culto al ejército del cielo; como está escrito en el libro de los profetas: ¿Acaso me ofrecisteis víctimas y sacrificios En el desierto por cuarenta años, casa de Israel?
        (43)  Antes bien llevasteis el tabernáculo de Moloc, Y la estrella de vuestro dios Renfán, Figuras que os hicisteis para adorarlas. Os transportaré, pues, más allá de Babilonia.
        (44)  Tuvieron nuestros padres el tabernáculo del testimonio en el desierto, como había ordenado Dios cuando dijo a Moisés que lo hiciese conforme al modelo que había visto.
        (45)  El cual, recibido a su vez por nuestros padres, lo introdujeron con Josué al tomar posesión de la tierra de los gentiles, a los cuales Dios arrojó de la presencia de nuestros padres, hasta los días de David. [NVI. (45). Después de haber recibido el tabernáculo, lo trajeron consigo bajo el mando de Josué, cuando conquistaron la tierra de las naciones que Dios expulsó de la presencia de ellos. Allí permaneció hasta el tiempo de David,]

        (46)  Este [David] halló gracia delante de Dios, y pidió proveer tabernáculo para el Dios de Jacob.
        (47)  Mas Salomón le edificó casa;
        (48)  si bien el Altísimo no habita en templos hechos de mano, como dice el profeta:
        (49)  El cielo es mi trono, Y la tierra el estrado de mis pies. ¿Qué casa me edificaréis? dice el Señor; ¿O cuál es el lugar de mi reposo? 
        (50)  ¿No hizo mi mano todas estas cosas?

        (51)  Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos. Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.
        (52)  ¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres? Y mataron a los que anunciaron de antemano la venida del Justo, de quien vosotros ahora habéis sido entregadores y matadores;
        (53)  vosotros que recibisteis la ley por disposición de ángeles, y no la guardasteis.
        (54)  Oyendo estas cosas, se enfurecían en sus corazones, y crujían los dientes contra él.
        (55)  Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios,
        (56)  y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios.
        (57)  Entonces ellos, dando grandes voces, se taparon los oídos, y arremetieron a una contra él.
        (58)  Y echándole fuera de la ciudad, le apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo.
        (59)  Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu.
        (60)  Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió [murió].
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[HECHOS - 7] _ [Versión: RV1960].
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"REAVIVADOS POR LA PALABRA DE DIOS" | Creed en sus Profetas | PLAN de Lectura de un capítulo diario de la Biblia. |  #RPSP

La Oración, el investigar la Biblia con entendimiento y obedeciéndola, nos conducirá a un Reavivamiento Espiritual.

Dios los bendiga.

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