¿LA GRACIA VINO A OCUPAR EL LUGAR DE LA LEY?
Esta es otra de las falsas doctrinas predicada por muchos protestantes, sostienen la la Gracia vino a desaparecer la ley de Dios. Esta enseñanza es un ataque directo al evangelio de Cristo.
La ley no fue abolida ni modificada por la Gracia, la ley es inmutable y eterna (Salmo 111:7-8; 119:142), la ley es santa justa y buena (Romanos 7:12), y ella nos revela el pecado (Romanos 3:20; 7:7; 1 Juan 3:4), la enseñanza que la ley sufrió modificación con la muerte de Cristo, es teoría humana y diabólica, lo que hizo Cristo es establecerla y afirmarla con su muerte.
En el sermón del monte encontramos como los Diez Mandamientos fueron más afirmados y establecidos (Mateo 5:17-19; Mateo 5:21-22; 5:27-28), los mandamientos de Dios son una característica de la verdadera iglesia (Apocalipsis 12:17; 14:12).
La ley y la Gracia son como dos hermanas gemelas y que van de la mano, esto lo dice Pablo (Romanos 3:31), sin ley es imposible que exista Gracia, y sin Gracia tampoco existe ley. Cada una de ellas posee una función específica en el lugar en el plan de salvación. La ley revela el pecado (Romanos 3: 20; 7:7; 1 Juan 3:4). Y la Gracia salva del pecado (Romanos 3:23-24; 5:1), solamente los pecadores necesitan ser salvos (Hechos 4:12; 1 Timoteo 1:15). El pecador es libertado de la condenación de la ley, no para volver a quebrantarla, si no para ser libre (Romanos 6:15; 1 Juan 3:8-9).
Si la ley se elimina, entonces se elimina la Gracia, pues la única forma de reconocer que somos pecadores es a través de la ley (Santiago 1:25). Solo así veremos nuestra pecaminosidad y la necesidad de un Salvador como Cristo (Isaías 1:18-19).
Esto es lo que busca Satanás con esa falsa doctrina, aniquilar los preceptos divinos de la mente del hombre, así NO habrá necesidad de Dios para salvarnos (Isaías 45:22). Porque al rechazar la ley, se rechaza a Dios mismo y su justicia (Salmo 119:142). Esto sería el mismo pecado de los judíos apóstatas, los judíos rechazaron a Cristo, y el protestantismo apostata la ley de Dios, en teoría es el mismo pecado.
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