UNA EXTRAÑA CONTRADICCIÓN 🇺🇸🐏🦖
...”tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero y hablaba como un dragón.” Apoc. 13:11
Tenía dos cuernos como los de un cordero, rasgo que no se notó en ningún otro símbolo de la profecía divina.
El “cordero” es un símbolo de Cristo, el Cordero muerto desde la fundación del mundo, Cordero que “tenía siete cuernos.” Apocalipsis 5:6. Un cuerno es símbolo de fuerza o exaltación, o de lo que produce eminencia o exaltación.
Había dos principios en las doctrinas de Cristo que, adoptados por cualquier gobierno, le darían preeminencia y servirían para elevarlo. Estos dos principios de la religión cristiana han contribuido, aparte de su inherente poder divino, para granjearle favor dondequiera que hayan sido conocidos, y los hombres que no los abrazan los admiran. Estos dos principios de este gobierno han granjeado también la admiración de todos los que aman la justicia en todas las naciones, y han llevado a sus playas desde el Viejo Mundo, multitudes de oprimidos y amantes de la libertad.
Estos principios son la absoluta igualdad o fraternidad de los hombres y la perfecta libertad de elección en cuanto a creer o no creer en asuntos religiosos.
El primero se expresa en pasajes como éstos:
“Dios ... de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres” (Hechos 17:26), y “Uno es vuestro Maestro, el Cristo; y todos vosotros sois hermanos”. Mateo 23:8.
El segundo, por estas palabras:
“El que oyere mis palabras, y no las creyere, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo.” Juan 12:47. “Dios no hace acepción de personas.” Véase también Juan 18:36; Mateo 20:25-28; Lucas 9:51-56; 2 Corintios 1:24; 5:11, 20.
La obra de los ministros de Cristo no consiste en obligar, sino en ganar; no en ordenar sino en persuadir y rogar. Únicamente una religión sobre toda la faz de la tierra reconoce los principios de la igualdad de los hombres y la absoluta libertad de la voluntad, sin compulsión. Únicamente una nación importante sobre toda la faz de la tierra ha encarnado alguna vez en la constitución de su existencia y los principios de su gobierno estas dos características, y esta nación es la de los Estados Unidos de Norteamérica. DTG 777.4
La igualdad del hombre se presenta así en la declaración de la independencia:
“Tenemos por verdades evidentes de por sí: Que todos los hombres son creados iguales; que están dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la vida, la libertad, y la búsqueda de la felicidad.”
La libertad religiosa se presenta en la primera enmienda de la constitución:
“Ninguna ley promulgará el Congreso respecto del establecimiento de la religión, o que prohiba el libre ejercicio de ella; o cercene la libertad de palabra o de prensa; o el derecho de reunión pacífica.” Estos principios cristianos limitan el símbolo de la bestia de dos cuernos a los Estados Unidos. DTG 778.1
El republicanismo y el protestantismo vinieron a ser los principios fundamentales de la nación. Estos principios son el secreto de su poder y de su prosperidad. Los oprimidos y pisoteados de toda la cristiandad se han dirigido a este país con afán y esperanza. Millones han fondeado en sus playas, y los Estados Unidos han llegado a ocupar un puesto entre las naciones más poderosas de la tierra. CS 436.1
“Hablaba como un dragón.”
Los cuernos como de cordero y la voz de dragón del símbolo indican una extraña contradicción entre lo que profesa ser y lo que práctica la nación así representada. El “hablar” de la nación son los actos de sus autoridades legislativas y judiciales. Por esos actos la nación desmentirá los principios liberales y pacíficos que expresó como fundamento de su política. La predicción de que hablará “como dragón” y ejercerá “toda la autoridad de la primera bestia”, anuncia claramente el desarrollo del espíritu de intolerancia y persecución de que tantas pruebas dieran las naciones representadas por el dragón y la bestia semejante al leopardo. Y la declaración de que la bestia con dos cuernos “hace que la tierra y los que en ella habitan, adoren a la bestia primera”, indica que la autoridad de esta nación será empleada para imponer alguna observancia en homenaje al papado. CS 437.1
Semejante actitud sería abiertamente contraria a los principios de este gobierno, al genio de sus instituciones libres, a los claros y solemnes reconocimientos contenidos en la declaración de la independencia, y contrarios finalmente a la constitución. Los fundadores de la nación procuraron con acierto que la iglesia no pudiera hacer uso del poder civil, con los consabidos e inevitables resultados: la intolerancia y la persecución. La constitución garantiza que “el congreso no legislará con respecto al establecimiento de una religión ni prohibirá el libre ejercicio de ella”, y que “ninguna manifestación religiosa será jamás requerida como condición de aptitud para ninguna función o cargo público en los Estados Unidos”. Solo en flagrante violación de estas garantías de la libertad de la nación, es como se puede imponer por la autoridad civil la observancia de cualquier deber religioso. Pero la inconsecuencia de tal procedimiento no es mayor que lo representado por el símbolo. Es la bestia con cuernos semejantes a los de un cordero—que profesa ser pura, mansa, inofensiva—y que habla como un dragón.
El “dragón” es satánico, y símbolo de una potencia perseguidora. Apocalipsis 12:9, 13. “De la abundancia del corazón habla la boca.” La manera de hablar revela la verdadera naturaleza y el desarrollo ulterior de la nación que nos ocupa. Un gobierno habla por sus leyes y decretos. El símbolo indica, por lo tanto, que los Estados Unidos llegarán todavía a ser una potencia perseguidora. ¿Hay indicaciones de que tal será el caso?—Hace noventa años, no se podía decir que las hubiese. Ahora son legión. DTG 778.2
La marca de un poder es lo que se presenta específicamente como señal de su autoridad. La autoridad de Dios y su jurisdicción se concentran en su poder creador de todo. La señal o marca de esa autoridad es el sábado. Véase Éxodo 20:8-11; Ezequiel 20:12, 20. La marca de la bestia es aquello que el papado presenta como señal de su autoridad. Como poder perseguidor, el papado debe ser un poder que se opone al verdadero cristianismo. Su marca debe mostrar oposición a la ley de Dios, o un cambio en ella. En la diferencia que hay entre la ley de Dios tal como la da su Palabra y la practicó Jesucristo, y esa misma ley según la interpreta, enseña, práctica e impone el papado, debe hallarse la marca de esa potencia.
¿Hay pruebas de que el gobierno norteamericano hará esto, y que obligará a todos sus súbditos a recibir esta marca en la diestra, absteniéndose de todo trabajo, o en la frente, es decir libremente y por su profesión de fe? En verdad, las pruebas abundan. Ya varios estados, por separado, han perseguido a los que realizaban trabajos comunes en domingo. Por la multiplicación de las decisiones judiciales, contrarias a la Constitución y al verdadero espíritu americano, y por la enorme presión de los entusiastas religiosos sobre los magistrados, la nación de los Estados Unidos se está dirigiendo hacia el fin lógico de los pasos ya dados, a saber una unión completa de la iglesia y el estado y la elevación del domingo al estado de ley. DTG 780.2
¿Qué vendrá luego? Habrá quienes, en conciencia obedientes a Dios y a su Palabra, no podrán observarla. No podrán rendir obediencia al estandarte de otra potencia. Por lo tanto, las leyes se volverán más estrictas; pero serán violadas por razones de conciencia. El gobierno, cegado y lanzado en su carrera fatal, creerá necesario mantener su falsa dignidad. Impondrá multas y penalidades cada vez más severas, hasta la confiscación de los bienes y la privación de la ciudadanía. Los “herejes” no podrán ni comprar ni vender. Serán boicoteados. Y aun más, si persisten en lo que un gobierno cegado llama “obstinación,” serán considerados traidores y el castigo que merece la traición es la muerte. DTG 780.3
La profecía declara que el gobierno de los Estados Unidos llegará aún a decir que a los tales se les ha de dar muerte. Lo ya explicado demuestra que el camino en el cual ha entrado ya la nación de los Estados Unidos conduce lógicamente a este fin. Y no sólo esto, sino que su influencia al respecto hará retroceder al mundo a la Edad Media, a la ruina completa de la iglesia y el estado. Los que no saben estas cosas pueden tratarlas como increíbles, mas si tan sólo quieren investigar, pueden comprenderlas. A pesar de todo, Dios cuidará a los fieles; no necesitan temer. Los que corren peligro son los perseguidores, no los perseguidos.
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