¿FELIZ ANIVERSARIO PARA LA IGLESIA ADVENTISTA? ALGO NO CUADRA CON LOS HECHOS...
Si la organización de nuestra iglesia en el año 1863 fue para que podamos llevar con más efectividad el último mensaje de amonestación a todo el mundo, entonces ya desde cuando deberíamos estar en el cielo, ya desde cuándo debiéramos haber terminado la obra.
No creo que los adventistas debiéramos estar hoy celebrando jubilosamente los tantos años que el remanente tiene aquí en la tierra. Vergüenza y contrición de alma debiera darnos al saber que son ya 158 años desde que la mensajera de Dios escribió lo siguiente sobre el movimiento adventista:
“Si después del gran chasco de 1844 los adventistas se hubiesen mantenido firmes en su fe, y unidos en la providencia de Dios que abría el camino, hubieran proseguido recibiendo el mensaje del tercer ángel y proclamándolo al mundo con el poder del Espíritu Santo, habrían visto la salvación de Dios y el Señor hubiera obrado poderosamente acompañando sus esfuerzos, se habría completado la obra y Cristo habría venido antes de esto para recibir a su pueblo y darle su recompensa.
…No era la voluntad de Dios que se demorara así la venida de Cristo. Dios no tuvo el propósito de que su pueblo, Israel, vagara cuarenta años por el desierto. Prometió guiarlos directamente a la tierra de Canaán, y establecerlos allí como un pueblo santo, lleno de salud y feliz. Pero aquellos a quienes primero se les predicó, no entraron “a causa de incredulidad”. Hebreos 3:19. Sus corazones estuvieron llenos de murmuración, rebelión y odio, y Dios no pudo cumplir su pacto con ellos.
Durante cuarenta años, la incredulidad, la murmuración y la rebelión impidieron la entrada del antiguo Israel en la tierra de Canaán. Los mismos pecados han demorado la entrada del moderno Israel en la Canaán celestial. En ninguno de los dos casos faltaron las promesas de Dios. La incredulidad, la mundanalidad, la falta de consagración y las contiendas entre el profeso pueblo de Dios nos han mantenido en este mundo de pecado y tristeza tantos años”. MENSAJES SELECTOS TOMO 1, 77, 78.
Termino con esta otra cita inspirada:
“Tal vez tengamos que permanecer aquí en este mundo muchos años más debido a la insubordinación, como les sucedió a los hijos de Israel; pero por amor de Cristo, su pueblo no debe añadir pecado sobre pecado culpando a Dios de las consecuencias de su propia conducta errónea”. El Evangelismo, 504-505 (1901).
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