Los remití a los hijos de Israel. Dios les había dado su ley; pero el pueblo no quiso obedecerla. Luego les dio ceremonias y ritos, para que por su cumplimiento, pudiesen recordar a Dios. Pero propendían de tal manera a olvidarle a él y sus derechos sobre ellos, que era necesario mantener sus mentes ocupadas para que comprendiesen sus obligaciones de obedecer y honrar a su Creador. Si hubiesen sido obedientes y se hubiesen deleitado en guardar los mandamientos de Dios, no se habría requerido la multitud de ceremonias y ritos. 5TI 625.3
“Si el pueblo que profesa ser ahora el tesoro peculiar de Dios obedeciese sus requerimientos, según se especifican en su Palabra, no habrían sido dados testimonios especiales para despertarlos acerca de su deber y hacerles sentir su estado pecaminoso y el terrible peligro que corren al no obedecer la Palabra de Dios. Las conciencias han sido embotadas, porque la luz ha sido puesta a un lado, descuidada y despreciada. 5TI 626.1
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