Resumen de escuela sabática
A El fundamento del pacto.
El pacto perpetuo tiene tres fundamentos:
— La gracia: Cualidad divina que le mueve a ofrecer la salvación a todos.
— La fe: Medio por el cual la persona acepta el pacto, y esta es aceptada por Dios.
— La obediencia: Respuesta humana a los requerimientos del pacto.
En resumen, la salvación es solo por la fe, concedida por gracia. Como resultado, la persona vive de acuerdo con las estipulaciones del pacto.
Esa fue la experiencia de Abraham. Aunque el pacto fue ratificado con sus descendientes, toda la humanidad (tanto judíos como gentiles) pueden abrazarlo (Gál. 3:7).
B El pueblo del pacto.
El Pacto se basa en la gracia divina. No hay mérito alguno en el hombre, ya sea como persona o como nación. Dios escoge a Israel por gracia, cumpliendo las promesas que había hecho a Abraham, a Isaac y a Jacob (Dt. 9:5).
Así ocurre con nosotros hoy. No podemos hacer nada para merecer el favor divino, ni somos capaces de vivir de acuerdo con sus estipulaciones (los Diez Mandamientos).
Pero, por Su gracia, Dios nos extiende su Pacto, nos perdona cuando lo quebrantamos, y nos ayuda a mantenernos fieles a él.
C El libro del pacto.
Deuteronomio es conocido como “el libro del pacto”. Su definición del pacto es breve y sencilla: guardar los Diez Mandamientos. Ésta es la parte humana del Pacto. La parte divina estaba decidida desde antes de la creación de nuestro mundo: Jesús se ofreció a morir por el pecador.
Antes de recordarles los mandamientos, Moisés busca un compromiso personal (Dt. 5:3). El Pacto había sido hecho con los padres (Abraham, Isaac y Jacob). Pero ahora el pacto lo hacía con ellos, con cada uno de ellos en particular.
Debemos recordar que el Pacto es personal: Dios y yo.
D El compromiso con el pacto.
Israel necesitaba hacer un compromiso serio con Dios. Sin duda, iban a sentirse atraídos por las costumbres corrompidas de las naciones de Canaán, pero debían apartarse completamente de ellos y ser perfectos ante Dios (v. 13).
Fueron colocados en el mundo para ser una luz que iluminase a las naciones y los llevase al conocimiento de la verdad.
Los que hoy entramos en el Pacto con Dios necesitamos el mismo compromiso. Debemos ser luces que conduzcan a otros a la Verdad (Jn. 14:6).
E Imágenes del pacto.
El Pacto es presentado como un acuerdo legal entre dos partes. Sin embargo, este formalismo lo puede hacer parecer algo frío y distante, exento de vitalidad y relación. Por eso, Dios usa también otras imágenes para representar Su relación con nosotros: gracia y amor para los que no lo merecemos.
Dios nos trata como un padre trata a su hijo, y nos ama como un padre (ideal) ama a su hijo (Dt. 8:5; 14:1; 32:6).
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