*LA REVERENCIA EN LA CASA DE DIOS HA LLEGADO CASI A EXTINGUIRSE, NINGÚN TIPO DE COMERCIO SE DEBE REALIZAR EN LA CASA DE DIOS.*
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Es demasiado cierto que la reverencia por la casa de Dios ha llegado casi a extinguirse. No se disciernen las cosas y los lugares sagrados, ni se aprecia lo santo y lo exaltado. ¿No falta en nuestra familia la piedad ferviente? ¿No se deberá a que se arrastra en el polvo el alto estandarte de la religión? Dios dió a su antiguo pueblo reglas de orden, perfectas y exactas. ¿Ha cambiado su carácter? ¿No es el Dios grande y poderoso que rige en el cielo de los cielos? ¿No sería bueno que leyésemos con frecuencia las instrucciones dadas por Dios mismo a los hebreos, para que nosotros, *los que tenemos la luz de la gloriosa verdad, imitemos su reverencia por la casa de Dios? Tenemos abundantes razones para conservar un espíritu ferviente y consagrado en el culto de Dios. 👉Tenemos motivos para ser aun más reflexivos y reverentes en nuestro culto que los judíos. Pero un enemigo ha estado trabajando para destruir nuestra fe en el carácter sagrado del culto cristiano. 2JT 198.1*🤷🏻♂️
👉 *El lugar dedicado a Dios no debe ser un lugar donde se realizan transacciones comerciales mundanales.* Si los niños se reúnen para adorar a Dios en una pieza que se usa durante la semana como escuela o almacén, serán más que humanos si no mezclan con sus pensamientos de devoción recuerdos de sus estudios o de las cosas que sucedieron allí durante la semana. La educación y preparación de los jóvenes debe ser de un carácter que ensalce las cosas sagradas y estimule la devoción pura a Dios en su casa. Muchos de los que profesan ser hijos del Rey celestial no tienen verdadero aprecio por el carácter sagrado de las cosas eternas. Casi todos necesitan que se les enseñe a conducirse en la casa de Dios. *Los padres no deben sólo enseñar, sino ordenar a sus hijos que entren en el santuario con seriedad y reverencia. 2JT 198.2*
HA PREBALECIDO EL DESHORDEN Y LA IREVERENCIA EN EL SANTUARIO DEL SEÑOR.
*El gusto moral de los que adoran en el santo santuario de Dios debe ser elevado, refinado y santificado. Esto se ha descuidado tristemente. Su importancia se ha pasado por alto, y como resultado han prevalecido el desorden y la irreverencia, y Dios ha sido deshonrado. Cuando los dirigentes de la iglesia, ministros y miembros, padres y madres, no tienen opiniones elevadas sobre el asunto, ¿qué se puede esperar de los niños inexpertos? Con demasiada frecuencia se los encuentra en grupos, separados de los padres que debieran encargarse de ellos.* No obstante estar en la presencia de Dios, y bajo su mirada, son livianos y triviales, cuchichean y ríen, son descuidados, irreverentes y desatentos. Rara vez se les indica que el ministro es el embajador de Dios, que el mensaje que trae es uno de los medios designados por Dios para salvar a las almas, y que para todos los que tienen el privilegio de ser puestos a su alcance, será sabor de vida para vida o de muerte para muerte. 2JT 199.1
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