He aquí, yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he amado. (Apoc. 3:9)
Que significa “vengan y se postren a tus pies”?
Esta expresión aplicada al período de la historia de la iglesia correspondiente a Filadelfia, puede considerarse que se refiere a los que no se mantienen a tono con el avance de la verdad y se oponen a los cristianos que sí lo hacen. Entendida de esta manera puede referirse a un tiempo cuando los que han rechazado la verdad confesarán su error públicamente (CS 713).
La frase "vengan y se postren a tus pies" es de Isa. 60: 14, Isaias 49:23. Así como los extranjeros vendrían al Israel literal de la antigüedad para aprender de Dios, así también los que no eran cristianos vendrían a la luz del Evangelio para hallar la salvación.
Apoc. 3: 9 también se ha aplicado a los que persisten en su oposición a la verdad, particularmente al tiempo cuando las circunstancias los obligarán,aunque sean impenitentes, a reconocer que los que se han mantenido leales a la verdad son ciertamente el pueblo de Dios. No hay nada que excluya la
posibilidad de que la declaración de este versículo pueda incluir a los opositores de la verdad ya arrepentidos y también a los que no quieren arrepentirse. Un grupo expresaría ese reconocimiento con sinceridad; el otro,
sólo porque las circunstancias lo obligan a hacerlo. (CBA)
✍️ Elena White escribió:
Las plagas estaban cayendo sobre los moradores de la tierra. Algunos acusaban a Dios y le maldecían. Otros acudían presurosos al pueblo de Dios en súplica de que les enseñase cómo escapar a los juicios divinos. Pero los santos no tenían nada para ellos. Había sido derramada la última lágrima en favor de los pecadores, ofrecida la última angustiosa oración, soportada la última carga y dado el postrer aviso. Ellen White, Primeros Escritos, 281 (1858).
Los hombres a quienes el mundo idolatró por sus talentos y elocuencia, ven ahora las cosas en su luz verdadera. Se dan cuenta de lo que perdieron por la transgresión, y caen a los pies de aquellos a quienes despreciaron y ridiculizaron a causa de su fidelidad, y confiesan que Dios los amaba. MSV76 292.3
Ud. piensa, que el grupo que adora a los pies de los Santos, (Véase Apoc. 3:9 [la sinagoga de Satanás]), al fin serán salvos. Aquí tengo que tomar acepción con Ud.; porque Dios me mostró que esta clase eran los Adventistas profesos, quienes han apostatado, y “puesto que crucifican de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y le exponen a vituperio”. Y en la ‘hora de tentación’, que ha de venir, para mostrar el carácter verdadero, sabrán que están perdidos para siempre; y abrumados con angustia de espíritu, se hincarán a los pies de los santos“. Word To The Little Flock, pág. 12.
Los 144.000 estaban todos sellados y perfectamente unidos. En su frente llevaban escritas estas palabras: “Dios, nueva Jerusalén,” y además una brillante estrella con el nuevo nombre de Jesús. Los impíos se enfurecieron al vernos en aquel santo y feliz estado, y querían apoderarse de nosotros para encarcelarnos, cuando extendimos la mano en el nombre del Señor y cayeron rendidos en el suelo. Entonces conoció la sinagoga de Satanás que Dios nos había amado, a nosotros que podíamos lavarnos los pies unos a otros y saludarnos fraternalmente con ósculo santo, y ellos adoraron a nuestras plantas. PE 15.1
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